Menú 
Ciudad del Vaticano (Lunes, 29-09-2014, Gaudium Press) En su homilía en la mañana de este viernes 26, en la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, el Santo Padre, se refirió al Evangelio de San Lucas, en el cual Nuestro Señor Jesucristo pregunta a los discípulos sobre lo que las multitudes pensaban sobre Él.
«Este episodio demuestra que Jesús quería que su identidad quedase velada», explicó el Santo Padre, pues «en ciertas ocasiones, cuando alguien se aproximaba para comunicarla, Él lo detenía, así como impidió varias veces también al demonio de revelar su naturaleza de Hijo de Dios, que vino para salvar el mundo».
Según el Papa, «es necesario que el Hijo del Hombre sufra mucho, sea rechazado por los ancianos, jefes de los sacerdotes y escribas, sea muerto y resucite», siendo esta la «pedagogía» que Jesús usa para «preparar los corazones de los discípulos, los corazones de las personas», para que entiendan ese misterio de Dios.
Es por medio de su amor, continuó, que el Señor nos salva a través de la «identidad en la Cruz», pues «no se puede entender a Jesucristo Redentor sin la Cruz».
Sin embargo, el Pontífice recordó que solamente en el Domingo de Ramos es que Nuestro Señor nos permite decir su identidad, expresando: «Bendito el que viene en nombre del Señor».
Con todo, prosiguió, es «solamente después de su muerte que la identidad de Jesús aparece en plenitud», por el hecho de que Él «nos prepara para entenderlo», «para acompañarlo con nuestras cruces en su camino para la redención».
Finalizando su homilía, el Papa Francisco resaltó que Nuestro Señor «nos prepara para ser cirineos», con la intención de «ayudarlo a cargar la Cruz», siendo que «nuestra vida cristiana sin esto, no es cristiana».
«Nuestra identidad de cristianos debe ser custodiada y no creer que ser cristianos es un mérito, es un camino espiritual de perfección. No es un mérito, es pura gracia», concluyó. (LMI)
Deje su Comentario