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Ocho cosas que debería saber sobre los Ángeles Custodios

Kettering (Jueves, 02-10-2014, Gaudium Press) La Iglesia Católica celebra el día 02 de octubre la memoria litúrgica de los Santos Ángeles Custodios, una fiesta propicia para recordar las verdades de fe sobre los ángeles y su relación con los seres humanos, además de valorar la importante misión que Dios les ha confiado en beneficio de los hombres. El redactor norteamericano Jimmy Akin preparó para su blog en National Catholic Register un resumen de ocho cosas que deberíamos saber sobre estos seres, a quienes invocamos desde la infancia bajo el familiar título de «Ángeles de la Guarda».

La identidad y presencia de los ángeles en la Biblia

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El Santo Ángel Custodio, vitral de la iglesia de San José en Greenwich Village, Estados Unidos. Foto: Fr. Lawrence O.P.

«Un ángel guardián es un ángel (un ser creado, no humano, no corpóreo) que ha sido asignado a cuidar a una persona particular», recuerda Akin como punto inicial de su listado: la definición misma del término. Según el redactor, la prioridad de este cuidado es «ayudar a evadir los riesgos espirituales y obtener la salvación». Sin embargo, los ángeles custodios sí pueden intervenir en las realidades materiales y «podrían ayudar a la persona a evadir peligros físicos, particularmente si esto ayudará a la persona a lograr la salvación».

El segundo punto tratado por el apologista es la figuración de estos ángeles en la Sagrada Escritura, y para ello cita ejemplos de relatos en los cuales un ángel figura otorgando su protección a una persona durante un periodo de tiempo. «En (el libro de) Tobit, Rafael es asignado a una misión extendida para ayudar al hijo de Tobit – y su familia en general», recordó Akin. » En (el libro de) Daniel, Miguel es descrito como ‘el gran príncipe que está a cargo de tu pueblo’. Él es descrito como el ángel custodio de Israel». Además de estas referencias en el Antiguo Testamento, el propio Jesucristo menciona a los ángeles custodios según relata el Evangelio según san Mateo: «Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial». El redactor explica esta última cita en su tercer punto, explicando que los ángeles están en presencia de Dios y le pueden comunicar las necesidades de quienes han sido encomendados a sus protección. De hecho la palabra griega «angelos» significa «mensajero» .

La doctrina de la Iglesia

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El Santo Ángel Custodio, escultura en el templo del Espíritu Santo en Salamanca, España. Foto: Fr. Lawrence O.P.
Akin también recuerda en su cuarto ítem que el Catecismo de la Iglesia Católica habla de manera explícita de los santos ángeles custodios en su numeral 336: «Desde su comienzo hasta la muerte , la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión. ‘Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida’ (San Basilio Magno)», enseña el documento. «Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios». Si bien la cita de San Basilio Magno habla de «cada fiel», lo cual significa que cada bautizado tiene un ángel guardián, diversos autores han entendido que toda persona, creyente o no, tiene su propio ángel. Es la idea expresada por el hoy Papa emérito Benedicto XVI en el Ángelus del 02 de octubre de 2011: » Queridos amigos, el Señor está siempre cercano y actúa en la historia de la humanidad, y nos acompaña también con la singular presencia de sus ángeles, que hoy la Iglesia venera como ‘custodios’, es decir, ministros de la divina solicitud por cada ser humano».

El quinto aspecto recordado por el redactor es la forma apropiada de devoción, recomendada por el Directorio de Piedad Popular de la Congregación para la Doctrina de la Fe: «La devoción a los Ángeles Custodios a lugar también a un estilo de vida caracterizado por: Devoto agradecimiento a Dios, que ha puesto al servicio de los hombres espíritus de tan gran santidad y dignidad; actitud de compostura y piedad, motivada por la conciencia de estar constantemente en presencia de los santos Ángeles; serena confianza, incluso al afrontar situaciones difíciles, porque el Señor guía y asiste al fiel en el camino de la justicia también mediante el ministerio de los Ángeles».

«Entre las oraciones al Ángel Custodio está particularmente extendida la oración Angele Dei, que en muchas familias forma parte de las oraciones de la mañana y de la tarde, y que en muchos lugares se une también al rezo del Ángelus», agrega el Directorio de Piedad Popular, y esta oración es el sexto punto de la lista, siendo su texto el siguiente: «Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname. Amén».

Riesgos a evitar

El séptimo lugar del listado relata los peligros de desviación de la devoción a los santos ángeles custodios a los cuales conviene estar atentos, según la Congregación para la Doctrina de la Fe. Uno de estos es exagerar el papel de la lucha entre los ángeles y los demonios al punto de llegar a pensar que el ser humano es víctima de fuerzas superiores ante las cuales está indefenso. En realidad, esta lucha es un llamado al hombre a tomar parte en contra de la maldad, y «requiere compromiso moral, una opción fundamental por el Evangelio, humildad y oración». El segundo riesgo es que los eventos cotidianos que no tienen relación con la búsqueda de la salvación sean interpretados de forma sistemática – «infantilmente», según el propio documento – de forma que se atribuyan » todos los reveses al diablo y todo el éxito a los Ángeles Custodios».

A estos riesgos podrían sumarse las sugerencias de prácticas de invocación desligadas de la tradición católica, que se vinculan a filosofías de tipo ocultista y que han sido difundidas como una «moda» pseudoespiritual sin relación al resto de la doctrina y sin buscar los fines sobrenaturales encomendados a los ángeles custodios. Relacionado tangencialmente a este aspecto, el último punto es dedicado a responder si es conveniente para los cristianos asignar un nombre a su ángel guardián. Sobre esta materia, la Congregación para la Doctrina de la Fe desaconseja esta práctica: «La práctica de asignar nombres a los Santos Ángeles debería ser desaconsejado, excepto en los casos de Gabriel, Rafael y Miguel, cuyos nombres están contenidos en la Sagrada Escritura».

Con información de National Catholic Register.

 

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