sábado, 23 de noviembre de 2024
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El Santo Rosario ayuda a formar la vida interior, recuerda Ayuda a la Iglesia Necesitada

Nueva York (Viernes, 03-10-2014, Gaudium Press) Octubre es un mes especial para la Iglesia por varios motivos. No sólo se celebran las memorias litúrgicas de grandes santos como Santa Teresita del Niño Jesús, San Francisco de Asís, Santa Teresa de Ávila o Santa Margarita María de Alacoque, entre otros, sino que a esto se suma la especial invitación a los fieles a orar y apoyar las misiones y la recomendación de una valiosa práctica de piedad recomendada ampliamente no sólo por un número considerable de Pontífices sino por la misma Santísima Virgen: El Santo Rosario. A esta devoción la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada dedicó un artículo especial, en medio de las noticias y proyectos de apostolado que normalmente destaca en su plataforma web. En él destaca la práctica como una «oración que purifica el corazón» y que contribuye a construir la vida interior del creyente.

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La Santísma Virgen entrega el Santo Rosario a Santo Domingo. Pintura realizada en el frente del altar de un templo en Toulouse, Francia. Foto: Fr. Lawrence, O.P.

«Debido a que nosotros a menudo pensamos, sentimos y actuamos de forma equivocada, el Santo Rosario puede convertirse en un gran maestro de nuestra vida espiritual, emocional y psicológica», afirmó el artículo. La descripción de San Josemaría Escrivá sobre el estado de la Santísima Virgen inmediatamente anterior a la Anunciación era el de estar «recogida en oración… Ella usa todos sus sentidos y sus facultades para hablar con Dios», proponía el Santo. «Esto es exactamente lo que el Rosario nos invita a hacer», recordó el texto. «Al ofrecer cada sentido y facultad a Dios en oración, nuestra vida interior es purificada para que aprendamos a ver como Dios ve, amar como Él ama y a someternos a Él como María lo hizo».

La organización también destacó la contemplación de los misterios de Cristo y la Santísima Virgen en el Santo Rosario como una forma de aprender «dónde deberíamos encontrar la verdadera alegría, la iluminación, el dolor y la gloria». Esta devoción enseña de forma eficaz que «Cristo es el centro de todo: Su presencia es pura alegría, Su vida terrena es guía de la nuestra, las ofensas contra Él son amargas y Su gloria es nuestra esperanza». De esta manera, los cristianos rechazan la tentación de negar la cruz de Cristo y esperan su gloria en Él, quien también dará la resurrección y la vida a quienes le siguen.

El Santo Rosario es también para AIN un refugio de las «verdades sobrias y gozosas» en medio de las distracciones y el impacto de las cosas triviales en la vida cotidiana. La repetición de las oraciones permite volver a enfocar el entendimiento hacia lo sublime de manera constante. «El Rosario es repetitivo porque necesita serlo», afirmó el artículo. «Somos creaturas repetitivas: nuestras acciones, nuestros patrones de pensamiento, las imágenes que regularmente regresan a nuestra imaginación , las palabras que decimos, todo lo nuestro es repetitivo. Nuestros latidos del corazón y nuestra respiración es repetitiva». La repetición de la oración es una expresión de amor y es una purificación por la repetición de nuestros pecados. Las personas pueden variar su devoción de acuerdo a cada día, pero las palabras contenidas en las oraciones mantienen su sentido e invitan a la relación con Dios, quien no cambia.

La organización recordó las palabras de San Juan Pablo II en su Carta Apostólica dedicada al Santo Rosario, Rosarium Virginis Mariae, en la cual el Pontífice propuso esta oración como una auténtica escuela de contemplación. «No debe extrañarnos que la relación con Cristo se sirva de la ayuda de un método. Dios se comunica con el hombre respetando nuestra naturaleza y sus ritmos vitales», expuso el Santo Papa. Este método es la contemplación, con María, de los misterios de la vida de Jesucristo. Así, «hace que cuanto Él ha realizado y la Liturgia actualiza sea asimilado profundamente y forje la propia existencia». De igual manera como los efectos del pecado tocan todos los aspectos de la vida, el Santo Rosario es una petición de quien busca pensar, sentir y ver como el Señor. «Es lo que el Rosario nos enseña», concluye el artículo: «las cosas que no podemos enseñarnos a nosotros mismos, sino que debemos aprender del Señor y su Madre, quienes están muy dispuestos a enseñarnos».

Con información de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

 

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