sábado, 23 de noviembre de 2024
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Filipinas: Fomentar compromiso de laicos no significa reemplazar a los sacerdotes

Manila (Lunes, 06-10-2014, Gaudium Press) En medio del Año del Laicado, con el cual la Iglesia en Filipinas busca fomentar el compromiso de los laicos en la búsqueda de la santidad y su participación activa en el apostolado de la Iglesia, la Arquidiócesis de Manila publicó un ensayo sobre la debida armonía que debe existir entre los seglares y los sacerdotes, especialmente a nivel parroquial. El escrito, realizado por el P. Jerome R. Secillano, recuerda que el propósito de la Iglesia no es «clericalizar a los laicos» de forma que reemplacen funciones propias del sacerdote y recordó que es el presbítero a quien le corresponde guiar la vida sacramental y pastoral de las comunidades parroquiales mientras que los seglares están llamados a evangelizar en todas las dimensiones de la vida familiar y comunitaria.

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«Llamados a ser Santos, enviados al frente como héroes», material de apoyo del Año del Laicado de la Iglesia de Filipinas. Foto: Choose to be Brave.

El principio fundamental del ensayo es el trazado por el Cardenal Francis Arinze, Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en su libro El rol distintivo del laico, en el cual el purpurado describe la misión esencial del seglar como la de llevar a Cristo a todas las áreas de la vida secular. En este sentido, «están llamados a ser esposos modelo, padres y madres de los niños, políticos y estadistas ejemplares», entre otros variados ejemplos de testimonio cristiano y apostolado laical. Con su ejemplo y su testimonio en los lugares donde se desempeñan, los laicos son los «evangelizadores del orden secular» que pedía San Juan Pablo II.

Una colaboración armónica

El P. Secillano reconoció el aporte de los seglares en la vida apostólica de la Iglesia y su aporte, por ejemplo, en su apoyo a los consejos de liturgia, pastoral y administración en las parroquias. Sin embargo, señaló que sería un error que quienes colaboran de este modo se concentraran en asistir o compartir funciones de los sacerdotes «olvidando tal vez que su principal vocación es permanecer ‘en el mundo’ para ser testigos de Cristo como apóstoles laicos o evangelizadores». Este riesgo se manifiesta con especial preocupación si los seglares pretenden ser más «pastores» que los mismos sacerdotes, o si imponen a sus párrocos desarrollar ciertos programas o administrar en cierto modo las parroquias. Esto significaría una desviación de lo que la Iglesia busca al motivar la participación activa del laicado. «Esto es anómalo en la mejor de las posibilidades», indicó.

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Los sacerdotes deben guiar la vida sacramental y religiosa y formar a los laicos para su testimoniod e evangelización en el mundo. Foto: CBCP News.

La instrucción de la Congregación para el Clero «El Presbítero, Pastor y Guía de la Comunidad Parroquial», publicada en 2002, recordó que el consejo pastoral es una ayuda al trabajo del sacerdote, y que «no tendría sentido considerarlo como un órgano que sustituye al párroco en la dirección de la parroquia o que, con un criterio de mayoría, condicione prácticamente la dirección del párroco». La instrucción recuerda de forma clara que es el párroco quien debe guiar la vida de la parroquia y que los fieles están llamado a una activa «colaboración ordenada», de forma que no se abandone la misión laical esencial en las familias, las comunidades y los lugares de trabajo.

Si bien pueden presentarse casos de sacerdotes que no cumplen su misión a cabalidad o dan un testimonio contrario a su vocación, esto no significa que los seglares deban «reemplazar» sus funciones. En su lugar, los laicos tienen el derecho – «y a veces el deber», como lo afirma el propio Código de Derecho Canónico – de manifestar su punto de vista sobre preocupaciones por el bien de la Iglesia, pero «siempre deben respetar la integridad de la fe y la moral, mostrar la reverencia debida a los pastores y tener en cuentra el bien común y la dignidad de los individuos», agrega el documento. Los laicos deben informar a su Obispo en los casos que su gravedad amerite y esperar de él las acciones correctivas que preveen las normas eclesiásticas.

Recordar la misión

«A los cléricos y los religiosos deberían recordárseles su carácter esencial como firguras centrales de la Iglesia. Admitámoslo o no, ellos son todavía el ‘rostro’ de la Iglesia», expuso el sacerdote. «Los laicos, por su partem deben ser educados en sus papeles y formados como evangelizadores de la esfera secular específicamente en áreas donde la presencia del sacerdote no es legítimamente posible como la familia, la política o los negocios». Esta distinción de funciones permite un trabajo armónico coherente con el testimonio cristiano, ya que la misión de la Iglesia «nunca debería dar lugar a una lucha por el poder».

El ensayo concluyó pidiendo a los sacerdotes no «temer» la participación de los laicos, ya estos últimos valorar la misión de los sacerdotes y religiosos. De estos, «los laicos reciben la fuerza a través de los sacramentos y de la exposición de la doctrina de la Iglesia, y por tanto la motivación para evangelizar el orden secular. El laicado, entonces, tiene plena responsabilidad del área secular». Como reflexión final, el P. Secillano preguntó a los sacerdotes si ellos también son conscientes de su misión y si, de manera análoga a la «clericalización» de los laicos, no existe el riesgo de una «secularización» de los sacerdotes. «Juzguen ustedes», concluyó.

Con información de CBCP News y Arquidiócesis de Manila.

 

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