Erexim (Lunes, 06-10-2014, Gaudium Press) «En defensa de la vida» es el título del artículo semanal de Mons. José Gislon, Obispo Diocesano de Erexim, en el estado de Río Grande del Sur, y Administrador Apostólico de Chapecó, en el estado de Santa Catarina, Brasil.
Él inicia su reflexión enfatizando que el mes de octubre es el mes misionero y que entre innúmeras las misiones que son compromiso de todos los bautizados, una debe tener la primacía: la misión de la defensa de la vida.
Según el Prelado, al cumplir esa misión, debemos recordar que la vida es don de Dios, y lo que el Señor Jesús nos dice en su Evangelio de este domingo: «Yo vine para que todos tengan vida, y la tengan en abundancia» (Jn 10,10).
Por tanto, resalta el Obispo, como cristianos comprometidos con la vida, no podemos estar indiferentes a la Semana Nacional de la Vida, que fue instituida en 2005, durante la 43ª Asamblea General de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB), y es celebrada del 1º al 7 de octubre en todo el Brasil, seguida por la celebración del Día del Nacido, el 8 de octubre.
Además, Mons. Gislon afirma que en nuestra sociedad, a través de los Medios de Comunicación, presenciamos tantos acontecimientos que agreden, poco valorizan y destruyen la vida de personas que por sí solas muchas veces no tienen cómo defenderse, por eso precisan del apoyo y la protección de la sociedad.
«Escribiendo estas líneas, me vienen a la mente los innúmeros niños que son agredidos, muchas veces dentro del propio hogar, por aquellos que debían protegerlos y ampararlos. Recuerdo igualmente a los ancianos, que también pasaron a ser víctimas en potencia de la falta de amor en la familia y de la cultura de lo descartable», completa.
Por último, el Prelado enaltece la celebración del Día del Nacido, que quiere llamar la atención de la sociedad para la violencia silenciosa que está presente en nuestra sociedad, pero se hace de cuenta que no existe, en nombre de los derechos, y, por eso es visto como derecho adquirido sacar la vida del niño que todavía vive dentro del seno de la madre.
«El silencio de los inocentes no puede llevar a quien tiene compromiso con el Señor Jesús y el Reino de Dios a permanecer en silencio. Cuando la vida no es valorizada, no importa en cuál fase de la existencia esté, acaba siendo eliminada en cualquier momento. Por eso es importante que sepamos acoger la vida como don de Dios, desde su concepción hasta el llamado misericordioso del Padre.» (FB)
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