Ciudad del Vaticano (Martes, 07-10-2014, Gaudium Press) Esta mañana se realizó la Tercera Congregación General del Sínodo de los Obispos, que, siguiendo el temario previsto en el Instrumentum Laboris, habló sobre el »Evangelio de la familia y ley natural» (Parte I, cap. 3) y »La familia y la vocación de la persona en Cristo» (Parte I, cap 4.).
Durante la Asamblea se puso de relieve -entre varios otros asuntos- la necesidad de una mayor preparación para el matrimonio, para que éste no fuera sólo válido, sino también fructífero. Es preciso trasmitir una visión del matrimonio no sólo como punto de llegada, sino como un camino hacia una meta más alta, un camino de crecimiento personal y de pareja, una fuerza y fuente de energía. La elección del matrimonio es una vocación verdadera y propia y como tal requiere fidelidad y coherencia para ser realmente un lugar de crecimiento y de salvaguardia de lo humano.
Igualmente, y en el mismo orden de ideas, se resaltó que es preciso acompañar constantemente a los cónyuges en su itinerario de vida, a través de una pastoral familiar intensa y vigorosa. El camino de preparación para el sacramento del matrimonio debe ser, por lo tanto, largo, personalizado y también severo, sin miedo a que eventualmente disminuya el número de bodas celebradas en la Iglesia. De lo contrario, se corre el riesgo de obstruir los tribunales de justicia con los procesos matrimoniales.
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