Washington (Martes, 21-07-2009, Gaudium Press) «[Una] Genuina reforma en el programa de salud que proteja la vida y la dignidad de todos es un imperativo moral y una vital obligación nacional«. Las palabras son del obispo William F. Murphy, al definir la política de prioridades de la Conferencia Episcopal de Obispos Americanos en la discusión de la reforma del sistema de salud de los EE.UU.
Las directrices del episcopado americano fueron enviadas en una carta el día 17 de julio al Congreso de aquel país, pero solamente hoy fueron publicadas en el sitio web de la Conferencia.
La carta apoyaba los esfuerzos para la aprobación de una reforma en el sistema, pero alertaba contra la inclusión del aborto.
En nombre de todos los obispos americanos, responsable por su Comité de Justicia y Desarrollo Humano, el obispo Murray dijo que los obispos americanos vienen defendiendo una maciza reforma en el sistema de salud hace décadas y que apuntan a cuatro puntos para que ella sea «justa»: respeto a la dignidad y vida humanas, acceso integral de todos, pluralismo y bajos costos.
«Dos de esos criterios necesitan de especial atención ahora que el Congreso se mueve por la reforma«, dijo Murray.
Con relación al respeto a la dignidad y vida humanas, afirmó que «ninguna reforma del sistema de salud debería obligar a alguien a pagar por la destrucción de la vida humana, sea por financiamiento del gobierno, sea por una cobertura compulsoria del aborto. Cualquiera de esas acciones estaría moralmente equivocada«.
Después de citar protecciones americanas legales contra el financiamiento público del aborto, agregó: «La reforma no puede ser un vehículo para que se abandone ese consenso que respeta la libertad de conciencia y honor de nuestras mejores tradiciones americanas. Cualquier legislación debería reflexionar sobre políticas actuales duraderas y fuertemente apoyadas en el financiamiento de los abortos, mandatos y protecciones conscientes porque ellas representan la moralidad, actitud sabia y realidad política».
En la cuestión del acceso, defendió que «todas las personas precisan y deberían tener acceso a un sistema de salud amplio y de calidad que puedan pagar, y eso no debería depender de su posición en la vida, dónde y si sus padres trabajan, cuánto ganan, dónde viven o dónde nacieron«. «El Episcopado americano cree que la reforma del sistema de salud debe hacerlo verdaderamente universal y genuinamente accesible».
El obispo alertó que, aún después de la implementación de la reforma, sectores como el de los inmigrantes y otras familias no estarán cubiertos y pidió que el Congreso adecue clínicas y hospitales que sirvan de red para esas personas.
Las informaciones son de la Conferencia Episcopal Americana.
Deje su Comentario