Arzobispo filipino hace un llamado por más catequistas jóvenes para evangelizar

Iloilo (Miércoles, 08-10-2014, Gaudium Press) De una jovial coloquial y cercana, el Arzobispo de Jaro, Filipinas, Mons. Ángel N. Lagdameo, hizo un llamado a las nuevas generaciones para que se preparen y asuman la responsabilidad de la nueva evangelización a través del servicio en la catequesis. «Necesitamos más catequistas», exhortó el prelado. «Necesitamos más y más jóvenes catequistas». Sus palabras fueron parte de su homilía en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Candelaria en Jaro en el inicio del Mes Catequético Nacional el pasado 06 de octubre.

Mons. Ángel N. Lagdameo, Arzobispo de Jaro, Filipinas. Foto: Ronnie Gabalda.

El tema del Mes, en idioma cebuano, es «Ikay kag Ako: LAIKO; Ikaw, Kita, KATEKISTA!» (Usted y yo: Laicos; Usted y nosotros, ¡Catequista! – traducción aproximada). Como introducción a este tiempo especial de promoción de la labor de los catequistas, Mons. Lagdameo motivó a los fieles a colaborar generosamente en la preparación de jóvenes para realizar esta función, de manera que la Iglesia cuente con suficientes personas dispuestas a servir en la catequesis durante muchos años.

El Arzobispo también explicó que, si bien todos los fieles están llamados a la santidad, Dios concede una gracia especial a los catequistas. Según el prelado esta gracia permite que estas personas anuncien la Palabra de Dios a quienes forman en la fe, sino que facilita que los catequistas avancen en su identificación personal con la Palabra. También insistió en la importancia que tiene la vida de oración para los catequistas, llamados a mantener siempre una relación personal con Dios.

Mons. Lagdameo recordó las enseñanzas del Papa Pablo VI, quien en su Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi destacó la necesidad de unir el testimonio de vida con la predicación activa del Evangelio, razón por la cual los catequistas están llamados a ser también testigos y ejemplo para los fieles. «La Buena Nueva debe ser proclamada en primer lugar, mediante el testimonio», afirmó el Pontífice en el documento. «A través de este testimonio sin palabras, estos cristianos hacen plantearse, a quienes contemplan su vida, interrogantes irresistibles: ¿Por qué son así? ¿Por qué viven de esa manera? ¿Qué es o quién es el que los inspira? ¿Por qué están con nosotros?».

Este ejemplo de vida no es suficiente, afirmó Su Santidad: «El más hermoso testimonio se revelará a la larga impotente si no es esclarecido, justificado , explicitado por un anuncio claro e inequívoco del Señor Jesús». Por este motivo, explicó el Arzobispo, los catequistas tiene el doble deber de ser maestros y testigos de la fe.

Con información de CBCP News