Kiel (Jueves, 16-10-2014, Gaudium Press) Un grupo de católicos del estado de Schleswig-Holstein en Alemania respondió a la decisión de las dos terceras partes del parlamento local de retirar la mención de Dios del nuevo texto de la constitución estatal. Los fieles necesitan recolectar 20 mil firmas para que el parlamento se vea obligado a reconsiderar el voto, una meta que el Administrador Diocesano de Hamburgo, Mons. Ansgar Thim, calificó como posible. Según el informativo Religion News Service el prelado se manifestó «confiado» en que se superará el número de firmantes requerido.
Los Católicos podrían reunir las firmas necesarias y revertir la decisión del parlamneto. Foto: Bistum Osnabrück. |
La iniciativa, de ser exitosa, sería la segunda de su tipo en el país. Su antecedente es el ocurrido en el estado de Baja Sajonia a mediados de la década de 1990, cuando una decisión similar fue revertida por la población y el estado recuperó la inclusión de Dios en la constitución. La fórmula empleada en varios de los estados e incluída en varios de los siete preámbulos de las constituciones alemanas que nombran a Dios es «Conscientes de la responsabilidad ante Dios y ante los hombres…». Esta frase, notablemente neutral en su redacción, es la que se espera restablecer.
Una propuesta anterior para la inclusión de la referencia a Dios en la nueva constitución ampliaba la misma para incluir la «herencia religiosa, filosófica y humanista» como una consecuencia concreta de la creencia en Dios y una fuente de las normas incluidas en la constitución. El polémico voto que los creyentes esperan revertir fue emitido el pasado 08 de octubre.
Los contradictores de la iniciativa reclaman la separación de la Iglesia y el estado como fuente del cambio en la constitución y definen la religión como un asunto «privado» que no debería reflejarse en la dimensión pública. Esta visión restrictiva de la religión ha sido denunciada en varias ocasiones por la Iglesia Católica, siendo probablemente la más notable en tiempos recientes la alocución de Benedicto XVI a los políticos británicos en septiembre de 2010. «La religión no es un problema que los legisladores deban solucionar, sino una contribución vital al debate nacional», expresó el hoy Papa emérito en esa ocasión. El Pontífice denunció las propuestas de que «la voz de la religión sea silenciada, o al menos relegada a la esfera privada» y las presiones para que «los cristianos en roles públicos sean obligados a actuar en contra de su conciencia».
«Quisiera invitar a todos ustedes, por tanto, en sus respectivos campos de influencia, a buscar medios de promoción y fomento del diálogo entre fe y razón en todos los ámbitos de la vida nacional», expresó Benedicto XVI, después de recordar que el invaluable aporte de la fe a la dimensión política consiste en «ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos». La búsqueda del bien común a través de la razón iluminada por la fe previene las desviaciones ideológicas y fomenta el reconocimiento de la dignidad de la persona humana.
Con información de Religion News Service y Jesus.de.
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