Buenos Aires (Jueves, 16-10-2014, Gaudium Press) Como una mala comprensión del testimonio de la fe calificó Mons. Miguel Esteban Hesayne, Obispo emérito de Viedma, Argentina, la escasa participación de católicos comprometidos con su fe en las instituciones políticas. El Obispo profundizó un texto del Papa Francisco sobre el testimonio público de la fe y alertó que la falta de un adecuado testimonio en dichas instancias podría significar un «dualismo de la fe y la vida». El llamado de los seglares en estos ambientes es el de «ejercer la función política como servicio de caridad cristiana. Es decir ser testigos del Amor», explicó.
Mons. Miguel Esteban Hesayne, Obispo emérito de Viedma, Argentina. Foto: ACI. |
«Ha calado muy hondo en la comunidad cristiana que la religión no tiene nada que ver con la política», se lamentó el prelado, según informó la agencia AICA. «Más aún, todavía hay católicos practicantes que piensan que la ‘política es sucia’ y el compromiso cristiano para ellos, se encierra en algunas prácticas piadosas». Esta visión no concuerda con el deber de llevar el Evangelio a todas las dimensiones de la vida, no sólo a los actos de culto o la vida privada de los fieles. » Esto acontece, principalmente, cuando se trata de la política», denunció.
Según explicó el Obispo, los Pontífices han recomendado de forma clara una actitud distinta que hace falta interiorizar en la sociedad. «Es preciso, entonces, proseguir una constante mentalización en las comunidades cristianas sobre el valor humano- cristiano del quehacer político como lo viene haciendo el Magisterio de la Iglesia Católica». Como ejemplo de la visión católica de esta actividad, Mons. Hesayne propuso las recientes palabras del Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium: «La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común».
Finalmente, el Obispo emérito indicó que es deber de los pastores de la Iglesia la adecuada formación de los fieles «en los valores políticos humanos-cristianos y los laicos los han de poner en práctica desde ‘saber votar de acuerdo al Evangelio de Jesús’ hasta ejercer la función política como servicio de caridad cristiana. Es decir ser testigos del Amor», concluyó.
Con información de AICA.
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