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Paranavaí – Paraná (Miércoles, 22-10-2014, Gaudium Press) Mons. Geremias Steinmetz, Obispo de la Diócesis de Paranavaí, en el Estado de Paraná, Brasil, escribió un artículo en el que destaca el crecimiento de los grupos del Rosario de Hombres. Afirma que en varias parroquias de la región estos grupos ya se reúnen y el trabajo viene ocurriendo y los frutos también, ya que se empiezan a ver.
El prelado resalta que la oración del Rosario nos lleva a reflexionar los misterios de la vida de nuestro Señor Jesucristo, pues se trata de una oración mariológico-cristológica donde quien está en el centro no es Nuestra Señora, sino el propio Jesucristo.
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Según el Obispo, el Papa San Juan Pablo II enseñó que el Rosario es una oración contemplativa, y en su Exhortación Apostólica «Rosarium Virginis Mariae» (2002), despertó en toda la Iglesia un renovado interés por la antiquísima devoción del Rosario y sus efectos continúan propagándose de forma encantadora por todo el mundo. Resaltó que es una forma de contemplar a Jesús con los ojos de María, siendo ella la criatura que más cerca estuvo del Hijo de Dios encarnado, durante toda la trayectoria de la Salvación.
«Ninguna otra persona en la tierra estuvo tan unida a Cristo como María. Desde su concepción hasta la muerte en la cruz, y todavía en la resurrección y después de la ascensión, María está siempre presente y unida al misterio de su Hijo, Jesús, Dios y Hombre verdadero», completó.
Otra persona citada por Mons. Geremias es el Arzobispo de Juiz de Fora (MG), Mons. Gil Antônio Moreira, que contó que el «origen de esta costumbre, de los hombres de reunirse para rezar el Rosario, se pierde en la historia. Hay noticias de tales grupos al menos desde 1912. Sin embargo, en Brasil, la iniciativa más reciente fue del Movimiento María Tres Veces Admirable de Schoenstatt, también conocido como Madre Reina, presente, sobre todo en el Norte y el Nordeste».
«En nuestra diócesis estos grupos están creciendo y continúan haciendo florecer la buena devoción a Nuestra Señora en las comunidades, especialmente entre los hombres. Testimonios de participantes asiduos muestran que esta devoción es capaz de hacer renacer la participación en la vida de la comunidad, concientiza sobre la dedicación a la familia, hace retornar el amor a la eucaristía, incentiva la práctica de la caridad, aumenta la confianza en Dios. Ya ocurrieron, incluso, Encuentros Nacionales de Grupos del Rosario de los Hombres, en Aparecida», explicó el Prelado.
Por último, el Obispo pidió que la gracia de Dios, que sopla donde quiere, haga que más y más personas se encanten con Jesucristo a través de la práctica de la oración del rosario, pues feliz es la familia que posee un padre que se preocupa en rezar por los suyos.
«Feliz la comunidad que tiene grupos de hombres que se preocupan de rezar por las familias, los hijos y la Iglesia. Feliz la Iglesia que continua uniendo a sus hijos por la devoción a Nuestra Señora. Virgen Madre, Oh, Madre de la Iglesia, rogad por nosotros», concluye. (FB)
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