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Lahore (Lunes, 27-10-2014, Gaudium Press) Asia Bibi, la joven madre condenada a muerte en Pakistán por la denuncia de una supuesta blasfemia, escribió al Papa Francisco para pedirle su oración por su libertad, cuando le queda una última instancia judicial para demostrar su inocencia. «Todavía me aferro con fuerza a mi fe cristiana y me nutro de la confianza en Dios, mi Padre, que me defenderá y me devolverá la libertad», expresó la creyente.
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| Asia Bibi en prisión. fotografía tomada durante una de las visitas a su lugar de reclusión. Foto: Persecution Blog. |
La carta fue escrita después de que el Tribunal Superior de Lahore ratificara la condena a muerte, después de varios años de espera en prisión durante los cuales el ente judicial no estudió la apelación interpuesta por la defensa de Bibi. La mujer presentó su angustiosa situación al Santo Padre: «Papa Francisco, soy su hija, Asia Bibi. Le ruego: rece por mí, por mi salvación y por mi libertad. En este momento sólo puedo encomendarme a Dios, que es el Omnipotente, aquel que todo lo puede».
Bibi reafirmó su permanencia en la fe a lo largo de su dura experiencia y expresó su confianza en Dios en medio de la prueba. «Papa Francisco, sé que está rezando por mí con todo el corazón», comentó. «Sé que, gracias a su oración, mi libertad podría ser posible. En el nombre de Dios Omnipotente y de su gloria, le expreso todo mi agradecimiento por su cercanía, en este momento de sufrimiento y desilusión».
El principal temor de la familia de Bibi y de sus defensores era el decaimiento del ánimo de la mujer, que ya lleva cuatro años en cautiverio y quien ha resistido admirablemente la enorme presión de su peligro de muerte, no sólo debido a la condena en su contra, sino a la posibilidad de una acción directa de sectores radicales como la que acabó con la vida del también católico ministro Shahbaz Bhatti y del gobernador Salmán Taseer. La defensa ha criticado la escasa confiabilidad de las pruebas en su contra, pero la presión de los radicales sobre los jueces ha motivado aplazamientos injustificados y decisiones judiciales inesperadas. Se ha considerado que lo único que ha evitado la ejecución de Bibi es el notable rechazo internacional a la condena y las campañas de la opinión pública en favor de su liberación.
«Mi única esperanza es poder ver un día a mi familia reunida y feliz. Yo creo que Dios no me abandona y que tiene un proyecto de bien y de felicidad para mí, que comenzará dentro de poco» concluyó la joven madre. «Agradezco a todas las personas que en las comunidades cristianas de todo el mundo rezan por mí y hacen lo posible por ayudarme».
Con información de Zenit.
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