Barranquilla (Domingo, 02-11-2014, Gaudium Press) El Secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia, Padre Pedro Mercado, expuso los nuevos retos culturales que enfrenta la Iglesia colombiana en una conferencia impartida en el II Congreso de Teología para Laicos que se desarrolla en la ciudad de Barranquilla, Colombia, del 31 de octubre al 03 de noviembre. Para el sacerdote, la fe y la cultura son temas que deben comprenderse de una forma unificada, ya que «la fe cristiana es una praxis que influye decisivamente en la forma como se conciben todos los aspectos de la vida».
Padre Pedro Mercado, Secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia. Foto: Conferencia Episcopal de Colombia. |
El P. Mercado llamó la atención sobre la importancia de los cambios de la cultura actual, ya que no se tratan en su opinión de una transformación superficial, sino que significan un cambio del hombre mismo. La complejidad de la sociedad, los retos de la debilidad causada por la falta de sentido el individualismo, el subjetivismo emocional y el relativismo, se manifiestan también en la dimensión religiosa del hombre.
Nuevos retos culturales
Alertando que el cristiano no puede caer en el desánimo, el Secretario adjunto explicó que la Iglesia en Colombia también ha sufrido el influjo de la secularización, que plantea importantes desafíos para la transmisión de la fe. Esta tendencia se manifiesta en el declive del testimonio cristiano en la dimensión pública, que se expresa en una interpretación de las leyes que busca relegar la religión a la vida privada y subjetiva. También se muestra en un aumento del interés espiritual desvinculado de las religiones establecidas.
Un reciente estudio encargado por la Conferencia Episcopal de Colombia muestra cómo la falta de práctica de la fe, y no el ateísmo, representa un auténtico desafío para la Iglesia. Si bien apenas un 2.2% de la muestra de población estudiada manifestó no creer en Dios, apenas un 27% se considera miembro activo de un grupo religioso, aun cuando el 70% de los encuestados expresó haber sido bautizado en la Iglesia Católica. La baja participación de los católicos en las prácticas religiosas se manifiesta también en su influencia pública, a menudo superada por minorías más comprometidas.
Los cambios culturales frente a la religión se expresan en la individualización y relativización de denuncia de los las creencias, que llevan a las personas a decidir lo que creen y cómo lo hacen, incluso basadas en criterios hedonistas. También se refleja en la exaltación de la experiencia personal, en un intimismo que se desliga de la religión y la comunidad. Finalmente se muestra en la pluralidad de estilos religiosos dentro de un mismo credo y una multitud de opciones que son presentadas como un mercado en el cual el creyente asume un papel similar al de un consumidor.
Ante esta realidad la Iglesia no debe limitarse a la denuncia de los males o la desesperanza, sino tener la confianza de que «Dios no ha cesado de obrar en la existencia humana» y que su acción se hace presente también en medio de los procesos de transformación, a donde debe llegar la luz de la Nueva Evangelización. La predicación y el testimonio de Cristo deben hacer presencia en la cultura. «Cristo plantea un proyecto de vida existencial, concreto y unificador», afirmó.
Como conclusión, el P. Mercado recordó la oración de Cristo en la cual pidió al Padre no que sus discípulos fueran sacados del mundo, sino preservados del mal, para que su testimonio de comunión con Dios y entre ellos de gloria al Padre Celestial. El Secretario adjunto destacó la necesidad de la unión espiritual con Cristo y de la existencia de «oasis de espiritualidad» en los cuales los católicos puedan recuperar fuerzas y fomentar su vida espiritual. También expresó su deseo de que las parroquias puedan cumplir esta función y sean auténticos «lugares de restauración» en medio de la misión evangelizadora.
Gaudium Press / Miguel Farías
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