Jaro (Martes, 04-11-2014, Gaudium Press) El Vicario asistente del Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Candelaria en Jaro, Filipinas, Padre Nathaniel Gentizon, recomendó a los fieles continuar las prácticas devotas en favor de las almas de los difuntos más allá del día de Todos los Difuntos, celebrado el pasado 02 de noviembre. «Incluyámoslos en nuestras oraciones cada día y no sólo en el Día de Todas las Almas», predicó. «Nuestra oración es un signo de nuestro amor, cuidado y preocupación por ellos».
La solemnidad de Todos los Difuntos motiva una multitudinaria manifestación de fe en Filiínas. Foto: George Puton. |
El sacerdote recordó la doctrina de la Iglesia sobre la estrecha relación entre todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, estén vivos, en la gloria de los Cielos o en el Purgatorio. «Nuestra fe en la Comunión de los Santos nos enseña que , como cristianos bautizados, dondequiera que estemos – en el Cielo, el Purgatorio o en la Tierra – nos ayudamos mutuamente con nuestras oraciones», explicó. «Las almas por quienes estamos orando también van a orar por nosotros una vez lleguen al Cielo».
Para ejemplificar esta relación, el sacerdote refirió un sueño reciente, en el cual se sintió rodeado de personas ya fallecidas y percibió la cercanía de un familiar a quien no pudo identificar. El sacerdote despertó rezando varias Avemarías y la experiencia le sirvió para recordar su deber de oración por los difuntos. Al relatar su experiencia, el P. Gentizon animó a los fieles a no temer estas realidades espirituales sino en su lugar animar el compromiso caritativo de oración en su favor.
La fiesta de Todos los Difuntos tiene una gran importancia religiosa y cultural en Filipinas, donde recibe el nombre de Undas. Las familias visitan los cementerios de forma comunitaria y comparten el día en el camposanto, donde oran por sus difuntos y comen en familia. La Iglesia ha recordado de forma especial el acento de la Comunión de los Santos, más que la simple memoria de los ancestros y seres queridos. «Como ellos no pueden orar por ellos mismos, nosotros debemos orar por ellos», explicó en su homilía de la solemnidad el P. Gilbert Rómulo, en la Catedral de San Andrés en Parañaque.
Con información de CBCP News.
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