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En la China sigue creciendo el número de cristianos

Beijing (Martes, 25-11-2014, Gaudium Press) Se calcula que el número de cristianos en la China es de aproximadamente 100 millones y aumentando, de los cuáles 12 millones son católicos y aumentando. Esto ya sobrepasa al número de inscritos en el Partido Comunista, que es de alrededor de 86,7 millones de miembros. Esto explica el ‘nerviosismo’ de ciertas autoridades, y la persecución abierta que se desarrolla en algunas regiones del país contra la Iglesia.

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Nuestra Señora de China -Colección privada

en Washington D.C.

Entretanto, el catolicismo en el país asiático es cada vez más un fenómeno de masas y de fervor. Reproducimos continuación algunos trechos del relato hecho por Steven Mosher, presidente del Population Research Institute’, de un reciente viaje suyo a la China:

«Déjenme que comparta con ustedes los muchos rostros de esperanza de la fe católica que pude ver en un viaje reciente que hice a China. Uno es el rostro de un sacerdote católico, que sirve como pastor en una gran parroquia cercana a una ciudad principal china, y que está determinado a salvar almas. Al sentarnos en su oficina, desdobló un dibujo de una estatua enorme de Jesús. Pretende construirla en secreto y luego erigirla durante la noche en un pedestal que mira hacia la autopista que pasa cerca de su iglesia. ‘¿Cómo va a obtener permiso de las autoridades?’ Le pregunté. ‘Es territorio de la Iglesia’, dijo con firmeza, ‘no necesito permiso’ «.

«No habían iglesias derribadas en las provincias del Norte de China que visité, pero ciertamente habían iglesias que se estaban construyendo. Las miles de iglesias que fueron derribadas o confiscadas por órdenes del Partido durante los cincuenta y sesenta han sido casi todas reconstruidas o renovadas, a menudo con donativos extranjeros. Esto incluye la iglesia de la parroquia en Dongergou en la provincia de Shanxi que visité, donde las misas se han celebrado continuamente durante más de 220 años».

«Recuerdo las caras de aquellos que asistían a misa allí. Llegaban media hora antes y pasaban tiempo entonando oraciones en chino clásico compuestas hace cientos de años. Para cuando empezó la misa, la iglesia estaba llena. Muchas iglesias nuevas han sido construidas también, algunas veces con permiso oficial, a veces sin él. Esta es un área donde los laicos toman la iniciativa a menudo. En un pueblo, los parroquianos -muchos de ellos nuevos conversos- llevan a cabo encuentros de oración y misas ocasionales, cuando un sacerdote puede ir, en un establo abandonado. Les dejé un cheque para ayudar a construir una nueva iglesia».

«Recuerdo las caras de 50 parejas de evangelizadores laicos de una parroquia que, llenos de devoción, viajaban en moto cada domingo por la mañana para evangelizar las comunidades vecinas. Habían asistido a misa en la iglesia de su parroquia la noche anterior, y luego el domingo en la mañana, después de recibir la bendición del sacerdote local, se pusieron en marcha hacia los pueblos que estaban a quince, treinta, e incluso cincuenta kilómetros para predicar el Evangelio».

«Se reunieron con aquellos que estaban curiosos por saber acerca de la fe católica en las casas de la gente para leer la Biblia y rezar. Algunos de estos grupos de nuevos creyentes eran muy grandes para encontrarlos en la casa de alguien. Cuando el gobierno local les negó el permiso para construir una iglesia, construyeron en cambio un ‘salón social’. Una iglesia con cualquier otro nombre sigue siendo una iglesia, después de todo, siempre y cuando sea adecuadamente consagrada (…)».

«Hoy en día, cuatro siglos más tarde, el Espíritu Santo se mueve nuevamente de manera poderosa en esta antigua tierra, despertando los corazones y las mentes del pueblo chino al amor y el perdón de Dios».

«El rostro humano de ese amor y perdón se puede ver en la nave este de la Catedral del Sur, donde está expuesto un bello retrato de la Virgen y el Niño. Ella lleva el atuendo de una emperatriz de Manchu, mientras que el Niño Jesús está vestido como el príncipe heredero de Manchú, el príncipe que un día reinará sobre toda China. Oremus».

Con información de Aleteia

 

 

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