Ciudad del Vaticano (Jueves, 27-11-2014, Gaudium Press) Hoy el Papa Francisco recibió la plenaria de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, que se reúne bajo el lema «Vino nuevo en odres nuevos». La acogida del Santo Padre se da en las proximidades de la inauguración del Año de la Vida Consagrada, que iniciará el próximo 29 de noviembre con una vigilia de oración en la Basílica Papal de Santa María la Mayor y concluirá el 30 de enero de 2016, con una vigilia de acción de gracias en la Basílica de San Pedro, y la Jornada mundial de la Vida Consagrada el 2 de febrero de 2016. El logo de este Año fue presentado al Papa.
«Me parece bello y significativo el título que han elegido para esta sesión: ‘Vino nuevo en odres nuevos’ -expresó el Santo Padre. A la luz de esta parábola evangélica han reflexionado sobre el hoy de la vida consagrada en la Iglesia, cincuenta años después de la Constitución Lumen gentium y del Decreto Perfectae caritatis. Después del Concilio Vaticano II. El viento del Espíritu Santo ha seguido soplando con fuerza, por una parte impulsando a los Institutos a actuar su renovación espiritual, carismática e institucional que el mismo Concilio pidió. Y, por otra, suscitando en el corazón de hombres y de mujeres modalidades nuevas de respuesta a la invitación de Jesús a dejarlo todo para dedicar su propia vida al seguimiento de Él y al anuncio del Evangelio».
Ante los miembros de la Congregación vaticana el Pontífice trató sobre los retos que enfrenta hoy la vida consagrada, como por ejemplo el número no irrelevante de los que abandonan este camino, la fragilidad de algunos itinerarios formativos, el que prevalezcan las tareas institucionales y ministeriales en detrimento de la vida espiritual, las dificultades en la integración cultural e intergeneracional, o un equilibrio problemático en el ejercicio de la autoridad y en el uso de los bienes.
Para el afrontamiento de estos desafíos el Papa puso de relieve algunos criterios orientadores:
«La originalidad evangélica de las opciones, la fidelidad carismática, la primacía del servicio, la atención a los más pequeños y frágiles, el respeto de la dignidad de toda persona. Los exhorto a seguir trabajando con generosidad e ingenio en la Viña del Señor, para favorecer el crecimiento y maduración de los racimos abundantes y copiosos, para obtener ese vino generoso que podrá dar nuevo vigor a la vida de la Iglesia y alegrar el corazón de tantos hermanos y hermanas necesitados de cuidados maternales… No se olviden de agradecer el Dueño de la viña que los ha llamado a esta entusiasmante tarea. Lleven adelante el camino de renovación puesto en marcha y en gran parte cumplido en esos cincuenta años, examinando todo lo nuevo a la luz de la Palabra de Dios, escuchando las necesidades de la Iglesia y del mundo contemporáneo y utilizando todos los medios que la sabiduría de la Iglesia pone a disposición para avanzar en el camino de la santidad personal y comunitaria».
El Papa Francisco hizo hincapié en el desarrollo espiritual: «Y entre estos medios el más importante es la oración, también la oración gratuita, la oración de alabanza y de adoración. Nosotros los consagrados, estamos consagrados para servir al Señor y servir a los otros con la Palabra del Señor ¿no? Díganles a los nuevos miembros, por favor, díganles que rezar no es perder tiempo, adorar a Dios no es perder tiempo, alabar a Dios no es perder tiempo. ¡Si nosotros los consagrados no nos detenemos cada día ante Dios en la gratuidad de la oración el vino se volverá vinagre!»
«La Plenaria de su Congregación se coloca en la víspera del Año de la Vida Consagrada ¡Oremos juntos al Señor para que nos ayude en este Año a poner ‘vino nuevo en odres nuevos’!», concluyó el Pontífice.
Con información de Radio Vaticano
Deje su Comentario