Yangon (Jueves, 27-11-2014, Gaudium Press) La celebración de los 500 años de la evangelización de Myanmar, que tuvo que esperar cuatro años en celebrarse a causa de las limitaciones a la libertad religiosa en el país, comenzó a celebrarse el pasado 21 de noviembre y se transformó en una auténtica manifestación de júbilo de la Iglesia por el fin del prolongado tiempo de sufrimiento y opresión a la fe. Los Obispos calificaron el nuevo Jubileo como «un tiempo de gracia, de restitución, de acción de gracias, del triunfo de la libertad de los hijos de Dios» y compararon este sentimiento al del pueblo de Israel tras ser liberado con la intervención de Dios, según informó la Agencia Fides.
«El Año Jubilar es también un tiempo de descanso», expusieron los prelados. «Descanso de toda opresión, de las guerras, de la pobreza y del sufrimiento. Este es un año de gracia no sólo para los cristianos, sino para todos los hermanos y hermanas de Myanmar». La Conferencia de Obispos reiteró su llamado para que los católicos se congreguen «para buscar la justicia, la paz y la prosperidad», así como «para pedir la libertad del odio y de toda forma de opresión. El Año Jubilar abre una época de esperanza, que será inundada de las bendiciones de Dios».
El programa de celebraciones de la Iglesia comenzó el viernes 21 de noviembre con una Eucaristía en la Catedral de Santa María en Yangon, antecedida de toda una tarde de Adoración Eucarística y seguida por una procesión solemne. El sábado 22 se llevó a cabo en la Catedral diversas celebraciones por parte de cada una de las diócesis del país y se cerró el día con otra Eucaristía principal y una nueva procesión. El día domingo 23 se llevó a cabo la celebración central con una procesión jubilar hacia una explanada en Thuwana, donde se celebró la Eucaristía de Acción de Gracias, presidida por el Cardenal Oswald Gracias, Arzobispo de Mumbai, India, y Presidente de la Federación de las Conferencias de Obispos Asiáticas.
Los Obispos de Myanmar, en su mensaje firmado por el Arzobispo de Yangon, Mons. Charles Bo, manifiesta su gratitud a los evangelizadores del país, recordando que la comunidad católica comenzó con «un grano de fe sembrado por San Francisco Javier» que fue cuidado y desarrollado por los misioneros de diversas congregaciones y resguardado con heroísmo por los cristianos, «resistiendo a siglos de opresión». Los prelados invitaron a los creyentes a asumir la tarea de la Nueva Evangelización como respuesta a los sacrificios de los misioneros y a extender el Evangelio más allá de las estructuras parroquiales a todos aquellos que aún no conocen a Jesucristo.
La Iglesia en Myanmar sigue siendo notablemente minoritaria, con unos 750 mil fieles que representan el 1.3% de la población. Para su atención pastoral, la Iglesia local cuenta con 16 diócesis.
Con información de Agencia Fides y Conferencia de Obispos Católicos de Myanmar.
Deje su Comentario