Ciudad del Vaticano (Viernes, 05-12-2014, Gaudium Press) «Su misión es servir a la Iglesia, lo que presupone no solo capacidades intelectuales, sino también disposiciones espirituales»: Esta fue una de las aserciones del Papa Francisco al recibir a la Comisión Teológica Internacional, al inicio de un nuevo quinquenio de trabajo.
El Pontífice recordó la misión de la Comisión: «Estudiar los problemas doctrinales de gran importancia, especialmente aquellos que presentan nuevos aspectos, y de este modo ofrecer su ayuda al Magisterio de la Iglesia» (Estatutos, art. 1). Los veintisiete documentos publicados hasta ahora – recordó el Papa – son el testimonio de este compromiso y un punto de referencia para el debate teológico.
Foto: Radio Vaticano |
«El teólogo es sobre todo un creyente que escucha la palabra del Dios vivo y lo recibe en el corazón y en la mente -señaló el Pontífice. Pero el teólogo también debe ponerse humildemente en escucha de ‘lo que el Espíritu dice a las Iglesias’ (Ap. 2,7) … De hecho, junto a todo el pueblo cristiano, el teólogo abre los ojos y los oídos a los ‘signos de los tiempos’. Está llamado a ‘escuchar atentamente, discernir e interpretar los diversos lenguajes de nuestro tiempo, y saberlos juzgar a la luz de la Palabra de Dios – es ella la que juzga, la Palabra de Dios – para que la verdad revelada sea mejor entendida siempre, sea mejor comprendida y pueda venir presentada en forma más adecuada’ (Conc. Ecum. Vat. II, Cost. Gaudium e spes, 44)».
Tras destacar «el rol que las mujeres tienen y deben tener en el campo de la teología», y el carácter variado de la comisión «que refleja la catolicidad de la Iglesia», el Pontífice habló de la Virgen Inmaculada testigo privilegiado de los eventos de la historia de la salvación:
La Virgen, «Mujer de la escucha, mujer de la contemplación, mujer de la cercanía a los problemas de la Iglesia y de la gente. … María es así el ícono de la Iglesia la cual, en la impaciente espera del Señor, progresa, día a día, en la inteligencia de la fe, gracias también al trabajo paciente de los teólogos y las teólogas. La Virgen, maestra de la auténtica teología, nos asegure, con su materna oración, que nuestra caridad ‘crezca siempre más en conocimiento y en pleno discernimiento’ (Fil 1,9-10)».
Con información de Radio Vaticano
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