Ciudad del Vaticano (Miércoles, 10-12-2014, Gaudium Press) El Pontífice afirmó en la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta, este martes, 9 de diciembre, que «la alegría de la Iglesia es ser madre» y «buscar las ovejas perdidas». Además de eso, invitó a los fieles a ser «alegres» con la consolación concedida por la ternura de Jesús.
Al tratar de la primera lectura, en la que el Profeta Isaías habla del final de la tribulación de Israel después del exilio en Babilonia, el Papa inició su homilía diciendo que «el pueblo precisa de consolación», y que «la presencia del Señor consuela».
Entretanto «nosotros huimos de la consolación, no confiamos, nos quedamos acomodados en nuestras cosas, en nuestras faltas, en nuestros pecados», recordó.
Según el Santo Padre, «la mayor consolación es la de la misericordia y el perdón».
Después, solicitó: «Déjense consolar por el Señor, es el único que nos puede consolar».
«Yo me pregunto cuál sea la consolación de la Iglesia. Así como una persona se consuela cuando siente la misericordia y el perdón del Señor, la Iglesia hace fiesta, está feliz cuando sale de sí misma.»
Todavía, según el Papa Francisco, «la alegría de salir a buscar a los hermanos y las hermanas que están distantes» es la alegría de la Iglesia, pues «allí la Iglesia se torna madre, se torna fecunda».
«La alegría de la Iglesia es salir de sí misma para dar vida; la alegría de la Iglesia es ir en busca de aquellas ovejas que están perdidas; la alegría de la Iglesia es justamente aquella ternura del pastor, la ternura de la madre», agregó.
Al final de su homilía, el Papa pidió que el Señor «nos dé la gracia de trabajar, de ser cristianos alegres en la fecundidad de la madre Iglesia».
«Que el Señor nos consuele con la consolación de una Iglesia madre que sale de sí misma y nos consuele con la consolación de la ternura de Jesús y de su misericordia en el perdón de nuestros pecados», concluyó. (LMI)
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