Ciudad del Vaticano (Viernes, 12-12-2014, Gaudium Press) Junto a cerca de 600 sacerdotes provenientes de Estados Unidos, América Latina y Filipinas, el Papa Francisco celebró la eucaristía en la Basílica Vaticana en honra de la Virgen de Guadalupe, hoy cuando se conmemora la fiesta de la Patrona de América.
En la eucaristía, el Pontífice invitó a confiar a la Virgen la vida de los pueblos americanos y la misión continental de la Iglesia. «La Santa Madre de Dios no sólo visitó a estos pueblos sino que quiso quedarse con ellos… Por eso, nosotros, hoy aquí, podemos continuar alabando a Dios por las maravillas que ha obrado en la vida de los pueblos latinoamericanos», observó el Pontífice recordando que «Dios ocultó estas cosas a sabios y entendidos, dándolas a conocer a los pequeños, a los humildes, a los sencillos de corazón».
El Pontífice tuvo palabras de ternura hacia la Guadalupana: «Suplicamos a la Santísima Virgen María, en su advocación guadalupana -a la Madre de Dios, a la Reina, a la Señora mía, a mi jovencita, a mi pequeña, como la llamó San Juan Diego, y con todos los apelativos cariñosos con los que se dirigen a Ella en la piedad popular-, que continúe acompañando, auxiliando y protegiendo a nuestros pueblos».
El canto final, alusivo a la canción decía «Desde el cielo una hermosa mañana, la Guadalupana bajó al Tepeyac. Junto al monte pasaba Juan Diego, y acercóse luego para oir cantar. Juan Dieguito la Virgen le dijo: este cerro elijo para hacer altar…».
Con información de Radio Vaticano
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