Canelones (Martes, 23-12-2014, Gaudium Press) «Unámonos los uruguayos en la defensa de la vida humana, desde el más chiquito e indefenso, hasta el mayor y débil», es el llamado que ha hecho Mons. Alberto Sanguinetti, Obispo de Canelones, Uruguay, en el mensaje que dirigió a sus fieles con motivo de la Navidad.
En la misiva, al hacer alusión al don de la vida -que se evoca especialmente con el nacimiento del Niño Jesús y con Nuestra Señora en su dulce espera-, el prelado también invitó para que todos «ayudemos a las mujeres a buscar otras soluciones a sus problemas, defendiendo su dignidad de mujeres y madres», y recibiendo y cuidando a cada ser humano.
«Defendamos la vida del niño nacido. No podemos levantar una vida comunitaria sobre la supresión del indefenso (…) Edifiquemos la sociedad sobre el respeto y el amor. Jesús, Dios hecho niño, nacido de las entrañas de Santa María Virgen, de un modo único ilumina el valor de la vida de cada ser humano desde el momento de la concepción hasta su muerte natural», agregó Mons. Sanguinetti.
«Jesús, Dios hecho niño, nacido de las entrañas de Santa María Virgen, de un modo único ilumina el valor de la vida de cada ser humano»: Obispo de Canelones / Foto: Gaudium Press. |
Más adelante invitó a todos a mantener la esperanza «de que las nuevas generaciones puedan formar matrimonios y familias según la naturaleza y la sabiduría creadora», y alentó para que en Uruguay se apoye el matrimonio y la familia, sobre todo para que se generen «las condiciones que ayuden a educarse para ser capaces de fundar matrimonios fieles y estables, ámbitos propios para formar una familia en la que se comunique generosamente la vida humana, y se eduque a los hijos con bases sólidas».
«Ayudemos a nuestros hijos y nietos también a encontrar la verdad sobre el hombre, en todas sus dimensiones. Comuniquémosles la esperanza que nace de la verdad y del sentido moral: pueden formar matrimonios duraderos y buenas familias (…) Defendamos a las nuevas generaciones de la imposición de ideologías que quitan todo sentido a la sexualidad humana, restringiéndola a su dimensión de placer. En particular hay que oponerse a la implantación de la ideología de género, que destruye la recta comprensión de la familia y del matrimonio, fundado en la diferenciación de varón y mujer, en la complementariedad de cuerpo y espíritu, en la capacidad de unión y procreación, con la responsabilidad de educar», continuó.
En otro momento, el Obispo de Canelones exhortó para que en esta Navidad todos se dejen iluminar por la luz de Jesús: «Dejarnos iluminar por la luz que es Jesús es un acto de humildad: yo recibo la luz de la verdad como un don, que no manipulo, sino que me siento pequeño y agradezco. Dejarnos iluminar por la luz que es Jesús es un acto de obediencia. La verdad se recibe con obediencia, con acatamiento, y así nos hace libres: nos libera del error, de la soberbia, nos invita a entrar libremente en su luz».
Asimismo, Mons. Sanguinetti recordó que esa luz de Jesús es también signo de esperanza: «Esperanza de que hay perdón de los pecados por la misericordia del Padre, esperanza de que podemos levantarnos, mejorar, enderezar el rumbo, esperanza de que podemos perdonarnos, volver a querernos, mejorar nuestras relaciones, esperanza de que podemos vivir santamente, según la calidad de vida de los mandamientos de la ley de Dios, ayudados por la gracia del Espíritu Santo, esperanza de que estamos llamados a ser hijos de Dios, por el regalo que nos trajo Jesucristo y que esta vida es para crecer como hijos de Dios y hermanos entre nosotros, esperanza de que el Hijo Eterno de Dios nace en la carne mortal para hacernos partícipes de la inmortalidad».
Finalmente, deseó que «cada uno pueda encontrarse con Jesús, en la oración de su corazón, en la escucha del Evangelio, en los sacramentos y en la Santa Misa, donde Él se hace plenamente presente».
Con información de la Conferencia Episcopal Uruguaya.
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