París (Martes, 23-12-2014, Gaudium Press) San Luis IX, Rey de Francia es un personaje querido por todo el país. Los sucesivos regímenes que vigoraron en la Francia de los tiempos modernos y subsiguientes, no dejaron, unos más otros menos, de rendir su homenaje. Ese sentimiento aún permanece vivo, y explica en buena medida las diversas exposiciones (Aigues-Mortes, Anjou, Poissy) que están siendo organizadas en el país galo para conmemorar el 8vo. Centenario del nacimiento del Dulce Luis.
La Historia tiene sus paradojas, interesantes, enigmáticas a veces. La ‘Conciergerie’, o palacio de la ‘Cité’, es un complejo de construcciones parisinas que fue creciendo y siendo modificado con el paso de los siglos. A la inicial morada de los Condes de París y luego de los Capetos, San Luis le hizo agregar la ‘Sainte-Chapelle’, la Santa Capilla, hecha para albergar la corona de espinas de Nuestro Señor Jesucristo. Era ésta la residencia real hasta finales del S. XIV, cuando fue trasformada en cárcel de estado, una prisión que vio encanecer a María Antonieta antes de su cruel ejecución, decretándose así el final sangriento de un brillante período de la historia de Francia. Hoy ese palacio-prisión está convertido en un centro administrado por el Centro de Monumentos nacionales francés.
Pues bien, es en la sala de las «gentes de armas» de la Conciergerie donde se realiza la más importante exposición sobre la vida del Rey más querido de la dulce y bella Francia.
«La exposición retoma la vida de este rey de destino singular, fundador de la Santa Capilla, cuya influencia política se extiende más allá de las fronteras del poderoso reino de Francia. 130 obras de arte de una calidad artística excepcional testimonian de la efervescencia intelectual y de la gracia de las artes parisinas durante el s. XIII. La Santa Capilla, joya de la arquitectura gótica radiante y monumento clave del reino de San Luis, constituye el punto culminante de esta exposición e ilustra perfectamente su argumentación» dice la página web oficial de la exposición que irá hasta el 11 de enero de 2015.
Impresionan particularmente 5 objetos de la exposición. La camisa del Rey y su cilicio, una túnica que él llevaba debajo de la piel para macerarse y que también picaba harto molestamente; su ‘disciplina’, instrumento que él usaba para flagelarse y así dominar la ‘carne’; un extraordinario relicario creado para albergar las reliquias de San Taurin de Évreux, obra maestra de los orfebres parisinos y la Biblia de San Luis (en versión facsímil) que contiene 4800 iluminuras representando pasajes de la Escritura.
Hay bastantes otros objetos que permiten adentrarse en lo que la exposición denomina el «momento de San Luis», tiempo del mayor esplendor de la Francia feudal, época de las luminarias de la sabiduría cristiana que brillaban -entre otros claustros- en la Universidad de París, época de auge de la fe.
Gaudium Press / S.C.
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