Roma (Lunes, 29-12-2014, Gaudium Press) Hace un año se institucionalizó en Roma el ‘Ordo viduarum’ -Orden de las Viudas-, al que pertenecen mujeres quienes viviendo su estado de viudez se consagran de manera especial a Dios y en el servicio de su Iglesia. Fue el 28 de diciembre de 2013 cuando ocho vidas, en manos del Obispo Auxiliar Mons. Guerino Di Tora, se convirtieron en las primeras viudas consagradas de la Diócesis de Roma.
Al trascurrir un año este número ha venido en aumento, como lo explica Grazia D’Anna, coordinadora de la Orden, quien fue citada por el diario diocesano RomaSette.it: «Son al menos 12 mujeres las que se encuentran realizando un camino de espiritualidad para la consagración». Este camino de preparación consiste en una formación permanente para todas con encuentros mensuales de oración y también para estrechar los lazos de amistad.
La consagración de las viudas, que ya se conocía desde los tiempos de los apóstoles, se retoma de manera renovada en la diócesis romana. Tal como fue instituida hace un año, a esta Orden pertenecen las viudas que, permaneciendo en su estado de vida, y mediante el voto de castidad perpetua como signo del Reino de Dios, «consagran su condición para dedicarse a la oración y al servicio de la Iglesia», como describe la Exhortación Apostólica ‘Vita Consecrata’ del Papa Juan Pablo II.
En este sentido, la naturaleza de la viuda consagrada está definida cuando ella, de manera libre y definitiva, decide «adherirse a una forma de vida en la cual coexistirá más profundamente su consagración bautismal y la Confirmación, así como ocurre con el cónyuges en el matrimonio, adquiriendo una particular identidad en la Iglesia», como lo define la Oficina Litúrgica de Roma.
Para ello es necesario que la viuda, mediante el Rito litúrgico de Bendición, reciba de manos del Obispo su particular vínculo con la Iglesia. «Acoge ahora la sincera oferta de esta nuestra hermana, quien con alegría y en plena libertad ha acogido tu llamada. Santifícala con tu gracia y con la potencia de tu bendición, dale estabilidad y perseverancia a su propósito», dice parte de la bendición de consagración.
De acuerdo con la Oficina Litúrgica romana actualmente muchas mujeres viudas ya viven de manera individual el propósito de entrega y de servicio en el interior de sus familias y de las comunidades cristiana, pero bendecidas por el Señor «las viudas ofrecen a Cristo y a la Iglesia la propia energía y la propia disponibilidad, que se renueva con la oración frecuente y la participación en el banquete eucarístico».
Esta entrega en el servicio, que se convierte también en su compromiso, continúa siendo importante en sus propias familias, pero también se extiende a la Iglesia visitando a los enfermos, acompañando la actividad litúrgica en el servicio del altar y, sobre todo, a través de su testimonio.
Con información de RomaSette.it y Oficina Litúrgica de Roma.
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