Ciudad del Vaticano (Lunes, 05-01-2015, Gaudium Press) En la meditación del Ángelus de ayer, el Pontífice inició comentando el Evangelio del día, de San Juan, que resume el rechazo a Cristo simbolizado en la Luz: «Los hombres hablan tanto de la luz, pero a menudo prefieren la tranquilidad engañadora de la oscuridad».
Seguidamente el Papa relacionó la luz con la paz, recordando que recientemente se celebró la Jornada Mundial de la Paz. «Los hombres hablan tanto de la luz, pero a menudo prefieren la tranquilidad engañadora de la oscuridad. Nosotros hablamos mucho de la paz, pero a menudo recurrimos a la guerra o elegimos el silencio cómplice o no hacemos nada concreto para construir la paz. De hecho, San Juan dice: ‘Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron’. Porque el juicio es éste: la luz -Jesús- ha venido al mundo, pero los hombres prefirieron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Cualquier persona, de hecho, que hace el mal, odia la luz. Y no viene a la luz para que sus obras no sean reprendidas». «¡Quien hace el mal, odia la paz!», sentenció el Papa.
Foto: Radio Vaticano |
El Papa profundizó en qué es la paz. «La paz no es solamente la ausencia de guerra, sino una condición general en la cual la persona humana está en armonía consigo misma, en armonía con la naturaleza y en armonía con los demás». Es claro, entretanto, que se busca el silencio de las armas «para dar inicio a un camino que conduce al logro de la paz en sus diferentes aspectos». Cuántos conflictos hay hoy en día, incluyendo conflictos en familias, en comunidades, entre diversos grupos.
El Papa Francisco recordó el anuncio del profeta Isaías: «Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra» (Is 2, 4). Nuevamente el Papa relacionó la paz con Jesús Redentor: «La paz es anunciada como don especial de Dios en el nacimiento del Redentor: ‘Paz a los hombres que amados por Él’ «. (Lc 2, 14)
El Pontífice insistió en que debemos implorar al Señor el don de la paz, valorar la paz y buscar la paz, en todo ámbito: «¿Tú no estás bien con esto? ¡Haz la paz! En tu casa, ¡haz la paz! En tu comunidad, ¡haz la paz! En tu trabajo, ¡haz la paz! Obras de paz, de reconciliación y fraternidad. Cada uno de nosotros debe cumplir gestos de fraternidad hacia su prójimo especialmente hacia quienes están extenuados por tensiones familiares o disidencias de diversa índole. Estos pequeños gestos tienen mucho valor: pueden ser semillas que dan esperanza, puede abrir caminos y perspectivas de paz».
Finalmente el Papa pidió invocar a la Virgen María, quien «nunca perdió la paz del corazón», para que Ella indique al mundo entero el camino de la paz.
Con información de Radio Vaticano
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