Ciudad del Vaticano (Miércoles, 07-01-2015, Gaudium Press) En la primera audiencia general del 2015, el Papa Francisco hizo el elogio de las madres, recordando primero que recientemente «la liturgia de la Iglesia ha puesto ante nuestros ojos el ícono de la Virgen María Madre de Dios», aludiendo a la fiesta conmemorada el 1ro. de enero. El Papa unió dicha fiesta con los temas de sus recientes catequesis, la familia.
«En la familia está la madre. Toda persona humana debe la vida a una madre y casi siempre debe a ella mucho de la propia existencia sucesiva, de la formación humana y espiritual». Entretanto, el Pontífice apunto que en la actualidad la madre «es poco considerada en su rol central en la sociedad».
Madre de Dios, Museo Nacional de Arte de Cataluña |
«Las madres son el antídoto más fuerte a la difusión del individualismo egoísta. ‘Individuo’ quiere decir ‘que no puede ser dividido’. Las madres, en cambio, se ‘dividen’, ellas, desde cuando acogen un hijo para darlo al mundo y hacerlo crecer. Son ellas, las madres, quienes odian mayormente la guerra, que mata a sus hijos. Muchas veces he pensado en aquellas madres cuando han recibido la carta: ‘Le digo que su hijo ha caído en defensa de la patria…’. ¡Pobres mujeres, cómo sufre una madre! Son ellas quienes testimonian la belleza de la vida», expresó el Papa.
Incluso en los momentos más difíciles, las madres saben testimoniar «la ternura, la dedicación, la fuerza moral». Asimismo las «madres a menudo transmiten también el sentido más profundo de la práctica religiosa: en las primeras oraciones, en los primeros gestos de devoción que un niño aprende, se inscribe el valor de la fe en la vida de un ser humano. Es un mensaje que las madres creyentes saben transmitir sin muchas explicaciones: éstas vendrán después, pero la semilla de la fe está en esos primeros, preciosísimos momentos. Sin las madres, no sólo no habría nuevos fieles, sino que la fe perdería buena parte de su calor sencillo y profundo. Y la Iglesia es madre, con todo esto. ¡Es nuestra madre! Nosotros no somos huérfanos, tenemos una madre. La Virgen y la madre Iglesia y nuestra madre. No somos huérfanos, somos hijos de la Iglesia, somos hijos de la Virgen y somos hijos de nuestras madres».
El Papa Francisco concluyó sus palabras agradeciendo la presencia y labor de las madres, agradeciendo el carácter materno de la Iglesia, y a la «Madre de Dios», «por hacernos ver a Jesús».
Con información de Radio Vaticano
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