Colombo (Miércoles, 14-01-2015, Gaudium Press) En la homilía de la misa de canonización de San José Vaz, en el Galle Face Green de Colombo, el Papa Francisco hizo un gran elogio del nuevo santo, Apóstol de Sri Lanka. San José Vaz fue un sacerdote oratoriano que nació en la India a mediados del S. XVII, pero que tras la ocupación holandesa de su lugar de origen viajó a la actual Sri Lanka. «Al igual que muchos misioneros en la historia de la Iglesia, él respondió al mandato del Señor resucitado de hacer discípulos de todas las naciones (cf. Mc 16, 15). Con sus palabras, pero más aún, con el ejemplo de su vida, ha llevado al pueblo de este país a la fe que nos hace partícipes de ‘la herencia de los santos’ (Hch 20, 32)», expresó el Papa al inicio de su panegírico.
De acuerdo con el Papa Francisco, es San José Vaz un «signo espléndido de la bondad y el amor de Dios para con el pueblo de Sri Lanka», a la vez que un «estímulo para perseverar en el camino del Evangelio, para crecer en santidad, y para dar testimonio del mensaje evangélico de la reconciliación al que dedicó su vida».
Vitral de San José Vaz, en el Santuario de Sancoale, India Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press |
«Sus desvelos dieron fuerza espiritual y moral a la atribulada población católica. Se entregó especialmente al servicio de los enfermos y cuantos sufren. Su atención a los enfermos, durante una epidemia de viruela en Kandy [ndr. ya en Sri Lanka], fue tan apreciada por el rey que se le permitió una mayor libertad de actuación. Desde Kandy pudo llegar a otras partes de la isla. Se desgastó en el trabajo misionero y murió, extenuado, a la edad de cuarenta y nueve años, venerado por su santidad».
El Papa señaló en su homilía que el nuevo santo es maestro y modelo, pues «fue un sacerdote ejemplar», que dio «ejemplo de sufrimiento paciente a causa del Evangelio», y también «de obediencia a los superiores, de solicitud amorosa para la Iglesia de Dios». San José Vaz, «debido a que estaba constantemente unido al Señor crucificado en la oración, llegó a ser para todas las personas un ícono viviente del amor misericordioso y reconciliador de Dios».
San José Vaz tenía «un amor indiviso a Dios», que hizo a su vez que se abriera «al amor del prójimo; sirvió a los necesitados, quienquiera que fueran y dondequiera que estuvieran», pidiendo a cambio eso sí, «la libertad para llevar a cabo su misión». Asimismo el Santo dio «ejemplo de celo misionero», «dejando atrás su hogar, su familia, la comodidad de su entorno familiar», respondiendo de esta manera «a la llamada a salir, a hablar de Cristo dondequiera que fuera. San José Vaz sabía cómo presentar la verdad y la belleza del Evangelio en un contexto multirreligioso, con respeto, dedicación, perseverancia y humildad». El ejemplo de este santo nos recuerdo que estamos «llamados a ser discípulos misioneros».
Finalmente el Papa pidió al Señor que los cristianos de Sri Lanka, tras las huellas de San José Vaz, «se mantengan firmes en la fe y contribuyan cada vez más a la paz, la justicia y la reconciliación en la sociedad de Sri Lanka».
Con información de Radio Vaticano
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