Manila (Viernes, 16-01-2015, Gaudium Press) El Papa Francisco sostuvo un emotivo encuentro con las familias de Filipinas en el Mall of Asia Arena de la ciudad de Manila, que no sólo ocupó el recinto principal con capacidad para 20 mil personas sino todas las salas de cine de la cadena comercial SM a donde fue transmitido en directo. En el evento de oración y diálogo el Pontífice hizo un llamado a los fieles para construir «familias buenas y fuertes» que afronten los desafíos materiales y espirituales del tiempo actual. «Filipinas necesita familias santas y unidas para proteger la belleza y la verdad de la familia en el plan de Dios y para que sean un apoyo y ejemplo para otras familias», exhortó.
El Papa Francisco corona una imagen de la Santísima Virgen traída por uno de los laicos asistentes al encuentro con las familias en el Mall of Asia de Manila, Filipinas. Foto. Centro Televisivo Vaticano. |
El Papa destacó en su mensaje la figura de San José, elegido por Dios para proteger a la Santísima Virgen y al Niño Jesús, y de quien el Evangelio describe cómo recibe las revelaciones sobre la voluntad de Dios en momentos de descanso de su trabajo como carpintero. El Santo patriarca es ejemplo tanto de laboriosidad, como de reposo y oración. «Descansar en la oración es especialmente importante para las familias», indicó el Pontífice, quien además improvisó la narración de una anécdota sobre su devoción a San José (ver noticia anterior). «Donde primero aprendemos a orar es en la familia». El Papa también expresó que la familia es escuela de amor, perdón, generosidad y que su misión es de enorme importancia para el plan de Dios.
Defender la familia
«Del mismo modo que el don de la sagrada Familia fue confiado a san José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios», indicó el Pontífice sobre la responsabilidad de los católicos. De la misma forma que San José fue alertado de los peligros, «Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño». El Papa pidió por este motivo «familias santas y unidas» que protejan esta institución, única e irremplazable en la sociedad. «Así pues, ¡protejan a sus familias! Vean en ellas el mayor tesoro de su país y susténtenlas siempre con la oración y la gracia de los sacramentos».
El Pontífice alertó en contra del materialismo y la inmoralidad, así como sobre «el creciente intento, por parte de algunos, de redefinir la institución misma del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de apertura a la vida». El Papa pidió que las familias vivan su vocación y sean «santuarios de respeto a la vida, proclamando la sacralidad de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural», siendo a la vez «voces proféticas en medio de nuestra sociedad».
El Papa Francisco encomendó especial atención en la educación de los hijos en la fe y las buenas obras, solicitud en la atención de los más necesitados, en especial los ancianos y los huérfanos y a compartir incluso desde la propia pobreza material la riqueza de la entrega personal y de la fe en Jesucristo. En la conclusión de su mensaje, el Pontífice expresó su compromiso de oración por las familias presentes y los motivó a unirse a este propósito. «No dejen de rezar a menudo y que su oración dé frutos en todo el mundo, de modo que todos conozcan a Jesucristo y su amor misericordioso», concluyó. «Por favor, recen también por mí, porque necesito verdaderamente sus oraciones y siempre cuento con ellas».
Con información de News.va
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