Los no creyentes en EEUU también eligen las escuelas católicas por sus valores

Arlington (Lunes, 26-01-2015, Gaudium Press) La familia Carr, que eligió un colegio católico para sus hijos, el Bishop O’Connell High School de Arlington, Virginia, en Estados Unidos, no profesa esta fe. Sin embargo, las condiciones que tenían en mente a la hora de buscar una institución educativa los llevaron a contemplar la posibilidad de la educación católica. «Muchas escuelas se enfocan en el cerebro, nosotros queríamos una que se enfocara también en el corazón», comentó Felicia Carr a Catholic News Service. Como ellos, hasta una quinta parte de los estudiantes de preparatoria en escuelas católicas en el país pertenecen a familias no católicas que han confiado a la Iglesia la educación de sus hijos.

La educación en un entorno de vivencia de la fe católica aporta valores que son deseados por los padres de familia, incluso no pertenecientes a la Igleisa. Foto: Arquidiócesis de Boston.

El hecho llamativo que destaca la agencia informativa creada por los Obispos estadounidenses es que los motivos que señalan los padres de familia no se limitan a la alta calidad académica, una característica que identifica a las escuelas católicas alrededor del mundo y que es una forma efectiva de apostolado en países donde la Iglesia es una clara minoría. En su lugar, «ellos están buscando algo más, una escuela que posea sus valores morales y sus creencias», describió la directora de la Paul VI Catholic High School en Fairfax. «Ellos quieren que sus niños estén expuestos a los valores en el salón de clases cada día, no sólo en el hogar».

Educación arraigada en Cristo

Krista Price, otra de las madres que eligió una escuela católica a pesar de no pertenecer a la Iglesia, la Bishop Ireton High School en Alexandria, comentó que deseaba que sus hijos «reciban una educación sólida y evitar las trampas de la educación pública», por lo cual educó ella misma a sus hijos hasta octavo grado para luego buscar una institución que mereciera su confianza. El aspecto más importante era que «queríamos una escuela centrada en Cristo», señaló.

Para el director de la escuela Bishop O’Connell, Joseph Vorbach, el saber que el programa educativo está inspirado en un sistema de valores es un gran atractivo para los padres de familia. «Está vinculado a nuestra misión el que la educación esté arraigada en la vida de Cristo y enfocada a la persona», declaró al periódico Arlington Catholic Herald. «Incluso si no son cristianos, esto es muy atrayente». Price reconoce que los contenidos católicos de fe expuesto a los niños la ha motivado a un estudio personal y familiar más profundo de sus propias creencias. «El elemento de la fe católica ha sido una influencia positiva para toda nuestra familia», expresó.

Además de los contenidos académicos y catequéticos, los jóvenes estudiantes encuentran en las escuelas católicas modelos de vida y una comunidad que trata de vivir una vida cristiana. Casos de jóvenes que descubren su vocación al sacerdocio y a la vida religiosa inspiran a los demás a un compromiso más profundo en su vida espiritual. El objetivo de las escuelas no es imponer la fe católica a sus alumnos, sino garantizar un entorno coherente con la identidad católica, en el cual se evangeliza también a través del ejemplo. Algunos de los estudiantes efectivamente se convierten al catolicismo y otros intentan vivir de una manera más coherente su espiritualidad.

«Nuestra premisa fundamental es que todos son bienvenidos», comentó la Hna. Karl Ann Homberg, religiosa de la Congregación de Hermanas de San José, quien sirve como superintendente asistente de Arlington Catholic Schools. «Cuando los estudiantes están expuesto a a buenos modelos, a facultativos y estudiantes que están viviendo su fe activamente, su propia fe y creencias pueden ser revitalizadas», concluyó.

Con información de Catholic News Service.