Ciudad del Vaticano (Lunes, 26-01-2015, Gaudium Press) «Mantenerse en humildad en el servicio no es fácil cuando se considera el
cardenalato como un premio, como culmen de una carrera, una dignidad de
poder”, dice el Papa Francisco en misiva dirigida a cada uno de los nuevos
cardenales que recibirán la púrpura durante el Consistorio
del 14 febrero.
San Pedro, rodeado de Cardenales y Obispos Museo Federic Mares, Barcelona |
«Pido al Señor que te acompañe en este nuevo servicio –escribe
el Pontífice–, que es un servicio de ayuda, apoyo y especial cercanía a la
persona del Papa y por el bien de la Iglesia. Y justamente para ejercer
esta dimensión de servicio, el cardenalato es una vocación. El Señor,
mediante la Iglesia, te llama una vez más a servir; y te hará bien al
corazón repetir en la oración la expresión que Jesús mismo sugirió a sus
discípulos para mantenerse en humildad: ‘Digan: somos siervos
inútiles’, y esto no como fórmula de buena educación, sino como verdad
después del trabajo, ‘cuando hayan hecho todo lo que se les ordenó’ «.
«Mantenerse en humildad en el servicio –añade el Papa Francisco– no es fácil
cuando se considera el cardenalato como un premio, como culmen de una
carrera, una dignidad de poder o de distinción superior. De aquí tu
empeño cotidiano para mantener lejos estas consideraciones y, sobre
todo, para recordar que ser cardenal significa incardinarse en la
Diócesis de Roma para dar en ella testimonio de la Resurrección del
Señor y darla totalmente, hasta la sangre, si es necesario».
El Papa concluye la carta, aconsejando festejar la dignidad que se recibirá sin «espíritu de mundanidad».
Con información de Aica
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