Beijing (Martes, 27-01-2015, Gaudium Press) Un anuncio de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos de China causó consternación entre los católicos del país. La institución anunció que proseguirá durante 2015 su política de llevar a cabo ordenaciones episcopales que no cuentan con el mandato del Papa, por cuanto no son reconocidas por la Iglesia y constituyen un acto sacrílego. El «plan de trabajo para 2015» publicado el pasado 15 de enero en la página web de la institución motivó la elaboración de una carta abierta por parte de seglares que rechazan la medida y piden a las autoridades cesar estas actuaciones que causan dolor y malestar profundos en la Iglesia.
La pretensión del estado chino de controlar las ordenaciones de obispos en desconocimiento de la autoridad del Papa es el principal obstáculo para la normalización de las relaciones entre China y la Santa Sede. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press |
«Siendo la Iglesia una comunidad de amor, ¿porque querrían las autoridades causar caos en la Iglesia y presionar a la comunidad católica?», cuestiona el texto dirigido al director de la Administración que supervisa de manera estrecha a la Iglesia, Wang Zuo’an. El texto acusa al gobierno de «mezclar política con asuntos internos católicos» y pide el respeto de la libertad religiosa de los creyentes, según informó la agencia Asia News. Otro fiel católico pidió «a los sacerdotes seleccionados para ser candidatos a obispos boicotear las ordenaciones ilícitas».
Ordenaciones ilícitas: el mayor obstáculo para la Iglesia en China
Las normas de elección de obispos en China, incompatibles con la disciplina de la Iglesia, pretenden que los prelados sean elegidos por votación en lugar de ser nombrados directamente por el Papa, única autoridad competente para ordenar Obispos. «Más allá de toda retórica, la directiva efectivamente bloquea cualquier esperanza de diálogo entre China y el Vaticano», afirmó Bernardo Cervellera, editor en jefe de Asia News. Un sacerdote chino expresó a la agencia que el anuncio podría ser efectivamente una señal de desinterés estatal en recomponer las relaciones con la Santa Sede.
Entre 2006 y 2012, China ordenó por lo menos cinco obispos ilegítimos (quienes automáticamente quedan excomulgados) y forzó a Obispos fieles a la Santa Sede a asistir por la fuerza a las ordenaciones. El Obispo auxiliar de Shanghai, Mons. Thadeu Ma Daqin, ordenado válidamente y reconocido inicialmente por el estado fue confinado en el Seminario de Sheshan y despojado del reconocimiento de su dignidad episcopal por renunciar a un cargo oficialista y por no permitir que un obispo ilegítimo le impusiera las manos durante su ordenación episcopal. El prelado sigue recluido más de dos años después (ver noticia anterior).
En varias oportunidades, los fieles y religiosos, así como miembros del clero han logrado evadir la asistencia a las ordenaciones ilícitas, si bien esto les ha generado repercusiones negativas posteriormente (ver noticia anterior). De igual manera, las ordenaciones suelen estar acompañadas de acciones de fuerza para acallar a los objetores y preservar la apariencia de aceptación de los nombramientos (ver noticia anterior).
La indebida intervención del estado en la vida de la Iglesia católica es la causante de la división de la comunidad católica en las llamadas «iglesia oficial», la cual acepta las políticas estatales para mantener cierta libertad en el apostolado, e «iglesia subterránea», que mantiene su obediencia completa a la Santa Sede y la cual ejerce su ministerio de manera clandestina.
Con información de Asia News.
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