Puerto Iguazú (Martes, 27-01-2014, Gaudium Press) Mons. Marcelo Raúl Martorell,obispo de Puerto Iguazú, en Argentina, habló sobre la conversión con base en las lecturas del domingo pasado. Para el prelado, la invitación a la conversión es el núcleo de la predicación del Redentor.
«El camino de ese plan de salvación es la conversión, que significa un cambio profundo de vida, desde las actitudes más simples y cotidianas, hasta las decisiones más profundas y significativas de la vida. Jesús nos invita a cambiar de forma de vivir, y si estamos en pecado, abandonarlo y llevar una vida nueva», afirmó el obispo.
Conversión de San Pablo Catedral de Munster |
Es preciso adherir con el corazón y con el alma a una «palabra», que debe hacerse vida en los hombres.
«No puede considerarse ni aceptarse de forma teórica, como una lección que aprendemos, debe hacerse en el ser humano, carne de su carne», detalló.
«En cada palabra pronunciada por Jesús, Dios derrama un torrente de gracia y de amor en el corazón del que la escucha, precisamente para que ella sea aceptada de otra forma en la vida del ser humano…ella penetra en la mente y el corazón como una espada de dos filos, convirtiéndose para él en camino de vida», dijo el obispo, que también constató el carácter urgente de esa conversión, pues «el tiempo es corto», como indica el Apóstol.
Es preciso que reflexionemos sobre nuestra vida:»¿Caminamos por el camino recto de la conversión y de la fe? ¿Hemos hecho nuestra la Palabra, que es Cristo, de forma tal que ya es parte fundamental de nuestra vida, en el esfuerzo cotidiano de gracia y amor que nos convierte en otros Cristos, transformadores de la vida y constructores de una nueva sociedad?».
«Que la Virgen Madre nos lleve a amar a Cristo de forma que lleguemos a confundirnos con él», concluyó Mons. Martorell.
Con información de Aica
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