Redacción (Sábado, 31-01-2015, Gaudium Press) Inicia el año, inician las clases. Miles de preguntas se agolpan en la cabeza de los alumnos, ¿Qué será de este año? ¿Será fácil o difícil? ¿Qué materias nuevas veremos? ¿Tendremos que ver nuevamente aquel tema tan aburrido? ¿Pasaré el año? Y a medida que trascurre el tiempo algunas de ellas se van respondiendo mientras que las otras seguirán en la incógnita hasta el fin del curso.
Este año 2015 conmemoramos el bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco, patrono de los educadores, y justamente hoy nos alegramos por los 126 años de su partida al Cielo. Él dedicó toda su vida a la educación de los jóvenes para preservarlos de los males que el mundo les ofrecía en aquel lejano siglo XIX, males cuanto menos terribles que los que desafortunada y tristemente vemos nosotros dos siglos después.
El padre Vicente Cimatti SDB, gran apóstol de la orden salesiana en el Japón, hace un elenco de diez consejos para los estudiantes (tanto de colegio como de estudios superiores) para poder progresar en sus estudios, consejos de oro, extraídos de toda la colección maravillosa de las obras del santo educador dedicadas a la formación de la juventud.
Aquí están los Diez Consejos (lo que se encuentra entre paréntesis es del autor):
1. Tener temor de Dios
2. Nunca perder un minuto de tiempo. Y por lo tanto no procurar pretextos para faltar a las clases, no leer libros extraños durante las clases (a los cuales podríamos agregar razonablemente hoy en día el uso de: Tablets, celulares, ipad’s, etc.)
3. La mente debe estar siempre ocupada en algo que sirva.
A ese respecto dice el santo: «No puedo dejar de recomendarles de preferencia aquellas diversiones que, además de recrearlos y divertirlos, les pueden ser útiles. Tales como el estudio de la historia, la geografía, las artes mecánicas y liberales, el canto, la música instrumental, la pintura y otros estudios y trabajos domésticos […] En los días en que se sientan sin ganas de nada, arreglen los altares, (los cuartos), los libros, o los cuadernos. Pueden también divertirse en juegos que sirvan para descansar el espíritu y el cuerpo. Pero nunca tomen parte en ellos sin la debida autorización (de sus padres y maestros) y de vez en cuando levanten la mente hacia Nuestro Señor, ofreciendo tales diversiones para su honra y gloria».
4. Habituarse a no pasar de un punto a otro de un estudio o de una regla, si no se comprendió bien el anterior. Estudiar todos los días de tal manera que quede algo en la memoria.
5. No comer a deshoras.
6. Preferir la compañía de los jóvenes estudiosos.
7. Tener un tiempo de descanso ordenado y entero, no inmoderado ni demasiado largo.
8. Vencer las dificultades que ocurran durante el estudio. Rezar, recurrir a los profesores y esforzarse. Las dificultades perfeccionan la capacidad intelectual y hacen experimentar una mayor satisfacción cuando se consigue vencerlas: Lo que se aprende con dificultad, nunca más se olvida.
9. Ocuparse exclusivamente en cosas referentes al estudio. Cuando se piensa en muchas cosas, no se cuida bien de ninguna.
Lecturas moderadas: No leer otros libros, en cuanto no se han terminado los deberes del aula; no leer libros sin autorización de los profesores (o de los padres): pueden ser inútiles o escritos en un mal lenguaje o merecedores de reprobación (esto también puede ser aplicado hoy en día a las páginas de internet y a los videojuegos)
10. Recorrer siempre a la protección de Nuestra Señora «Sede de la Sabiduría», invocándola antes y después del estudio y especialmente en las dificultades.
Extraído de: São João Bosco, educador da juventude. P. Vicente Cimatti. Editora Petrus 2ª edição São Paulo 2013 p. 86 (Traducción libre sin revisión del autor)
Por Guillermo Torres Bauer
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