Ciudad del Vaticano (Lunes, 02-02-2015, Gaudium Press) Un documento de trabajo elaborado para la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo de la Cultura toca aspectos interesantes de la dignidad de la mujer y su papel en mundo actual. Bajo el título de «Culturas femeniles: igualdad y diferencia», el Pontificio Consejo plantea reflexiones que serán estudiadas en el encuentro del 4 al 7 de febrero y que abarcan temas como la identidad femenina, su papel maternal y generativo, la dignidad de su cuerpo y su papel en la Iglesia. Como un aspecto notorio destacado en varias agencias internacionales, el documento hace una pregunta sobre la idoneidad de las cirugías estéticas tan ampliamente difundidas en la actualidad.
Las diferencias existen
La disposición a la generación de la vida imprime su sello en muchas de las características propias de la mujer y se proyecta a numerosas dimensiones de su vida. Foto: Emmanuel Maza. |
El documento del Pontificio Consejo selecciona como primer tema de reflexión la búsqueda de equilibrio entre la igualdad y la diferencia entre hombres y mujeres. Citando un escrito de Santa Edith Stein, recuerda cómo la naturaleza humana se expresa de manera doble en el varón y la mujer de modo complementario. Reconociendo por una parte la igualdad de la dignidad de ambos sexos, destaca el reconocimiento de la diversidad entre ambos. «Además del modo diverso de ser padres, hay una diferencia entre lo femenino y lo masculino en las técnicas de resolución de problemas, en la percepción del ambiente, en los modelos de representación y ciclos de reposo, sólo por citar algunas categorías» recuerda el documento. «Cancelar las diferencias significa empobrecer la experiencia personal. En este sentido, es justo no aceptar una neutralidad impuesta, sino valorar la diferencia».
El documento rechaza como un extremo la pretensión de que el ser humano sea «neutro» y elija a voluntad su propia identidad y recuerda que las mujeres raramente renuncian a sus características propias a pesar de desarrollarse en numerosos ambientes. El tema debe ser estudiado con cuidado para evitar «dos extremos peligrosos»: la uniformidad entre hombre y mujeres y la marginación producto de una visión acentuada de la diferencia.
El tema de la generación de la vida es uno de los puntos principales de la reflexión, al estar íntimamente ligado al ser femenino: «La fisicidad de las mujeres, que hace al mundo vivo, longevo y capaz de extenderse, halla su máxima expresión en el seno materno», recuerda el Pontificio Consejo. «El cuerpo de la mujer es el punto de partida de cada ser humano, la fuente primaria de la respuesta a la angustia de la muerte». Pero el proceso no es únicamente físico y abarca el desarrollo y la educación de los hijos y se proyecta también en el aporte femenino a todos los contextos de la sociedad marcado por el carácter «generativo» de la mujer.
Agresiones al cuerpo femenino
El documento aborda también graves problemáticas como la explotación de la mujer, los actos de violencia – también intrafamiliar – de los cuales es víctima y la desviación de su naturaleza materna hacia la producción manipulada de seres humanos a través de nuevos procedimientos técnicos contrarios a su dignidad, como la maternidad subrogada.
Una de las dimensiones tocadas por el Pontificio Consejo al referirse al respeto por el cuerpo femenino es el de su dimensión estética y la manipulación artificial de sus características: «Para la mujer, el cuerpo representa, en sentido cultural y biológico, simbólico y natural, el lugar de la propia identidad», afirma el documento de trabajo, y la cirugía estética «exploran los límites» del concepto de identidad, por cuanto requieren una especial atención.
Esta identidad femenina «en el mundo contemporáneo se halla sometida a presiones hasta el punto de provocar patologías (dismorfofobia, trastornos de la alimentación, depresión…) o «amputar» las posibilidades expresivas del rostro humano ligadas a la capacidad empática», alerta. «La cirugía estética, cuando no es médico terapéutica, puede expresar agresión a la identidad femenina, mostrando el rechazo del propio cuerpo en cuanto rechazo del período de la vida que se está atravesando». El Pontificio Consejo pide en su reflexión evaluar los efectos que la comunicación -menciona la por ejemplo la «alusión sexual y denigración del rol femenino» en la publicidad – ha tenido en el cuerpo femenino.
Con información de Pontificio Consejo para la Cultura.
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