San Pablo (Miércoles, 29-07-2009, Gaudium Press) El presidente depuesto Manuel Zelaya dijo el domingo pasado que era necesario dar noticias falsas a la prensa para «despistar a enemigos» y, de esa manera, conseguir retornar al país. Pero las recurrentes promesas no cumplidas de cruzar la frontera están llevando a centenas de militantes a tomar el camino de vuelta a Honduras.
«Falta bastante organización, hay muchas dificultades. Muchos llegaron espontáneamente pensando que era agarrar al presidente y llevarlo a Honduras«, dijo a la Folha de San Pablo la diputada Silvia Ayala (Unificación Democrática), que cruzó la frontera a pie el sábado.
Una de las representantes de Zelaya en las fracasadas negociaciones en Costa Rica, Ayala considera «muy remota» la posibilidad de cruzar la frontera a pie con militantes, como fue planeado inicialmente.
El coordinador de los alojamientos en la región, Carlos Reina, afirma que el número de militantes hondureños en Nicaragua se estabilizó en cerca de mil personas, casi todas de las camadas más pobres.
Sin apoyo de la Iglesia Católica
Desde antes de la deposición de Manuel Zelaya, a fines de junio, la Iglesia Católica en el país viene haciendo pronunciamientos sobre la situación. El día 4 de julio, un comunicado titulado «Edificar a partir de la crisis» fue leído en la cadena nacional de TV por el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, presidente de Caritas Internacional y arzobispo de Tegucigalpa. EL texto recordó algunas de las últimas intervenciones de la Iglesia de Honduras sobre la situación político-social que afectaba al país antes del golpe de Estado.
«El pasado 19 de junio, dijimos que todos somos, en mayor o menor medida, responsables por una situación de injusticia social. Sin embargo, seguimos creyendo que Honduras fue y quiere seguir siendo un pueblo de hermanos, que viven unidos en la justicia y la paz«, decía el texto leído en la TV.
Después, a comienzos del mes de julio el cardenal Maradiaga criticó a Manuel Zelaya y negó haber apoyado el golpe de Estado en el país, en una entrevista al diario argentino ‘Clarín’.
«No es verdad que apoyamos el golpe. Yo no soy golpista«, dijo el Cardenal en la ocasión. Según la entrevista, el purpurado afirmó que Zelaya «saqueó el Estado impunemente», y ‘su propia conducta’ llevó al golpe cívico-militar.
Retrospectiva de la crisis
Con el apoyo de la Corte Suprema y el Congreso, militares depusieron el día 28 de junio al presidente Manuel Zelaya, también día de consulta sobre la convocación Constituyente – que preguntaría a la población acerca de la posibilidad de la reelección del presidente – y lo enviaron a Costa Rica; el golpe es condenado por unanimidad en la OEA (Organización de los Estados Americanos).
Al día siguiente, el entonces presidente del Congreso Roberto Micheletti asumió el puesto de presidente interino y toma posesión del gabinete. Después de sucesivas críticas de la OEA, el gobierno interino anuncia, el 3 de julio, ruptura con la entidad.
Por medio de la prensa, Manuel Zelaya anuncia el 4 de julio que retorna al país. Autoridades políticas de países vecinos se movilizan para intentar un acuerdo, pero, sin solución, Zelaya declara el día 20 de julio «agotadas» las negociaciones, exhorta «insurrección» de apoyo y anuncia nuevo intento de retorno a Honduras.
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