Florianópolis (Martes, 03-02-2015, Gaudium Press) Mons. Wilson Tadeu Jönck, Arzobispo de Florianópolis, en el estado de Santa Catarina, Brasil, escribió un artículo sobre la proclamación de este 2015 como el Año de la Vida Consagrada. Él recuerda que la apertura se dio en el primer domingo de Adviento, el día 30 de noviembre de 2014, y concluirá en la Fiesta de la Presentación del Señor, el día 2 de febrero de 2016.
Mons. Wilson Tadeu Jönck |
Según el Prelado, en el mundo existen cerca de 1,5 millón de religiosos y religiosas, divididos en más o menos 2 mil institutos, congregaciones, órdenes e institutos seculares. Él resalta que el Año de la Vida Consagrada fue convocado en el contexto de la celebración de los 50 años del Concilio Vaticano II, y que las enseñanzas del Concilio sobre la vida religiosa están en el documento ‘Perfectae Caritatis’ y en el capítulo VI de la ‘Lumen Gentium’. Mons. Jönck destaca que estos contenidos fueron estudiados en el Sínodo de los Obispos sobre la vida religiosa, en 1994, resultando en la exhortación apostólica «Vita Consecrata» que presenta la posición de la Iglesia sobre la vida consagrada.
El Arzobispo recuerda que el Pontífice actual invita a los religiosos a mirar el pasado con gratitud, a abrazar el futuro con esperanza para vivir el presente con pasión. Para él, la vida consagrada es un elemento constitutivo del pueblo de Dios: constituye la dimensión carismática de la Iglesia. Según Mons. Jönck, a través de los carismas de los movimientos y congregaciones, tantas veces el Espíritu Santo revitalizó el caminar de los cristianos.
«Los religiosos viven su carisma en comunión con la Iglesia y en el servicio a la humanidad. El carisma de cada congregación muestra una particularidad de la persona de Cristo. Cada familia religiosa viviendo su carisma torna a Cristo más conocido en la Iglesia y acogido de forma más integral», completa.
Por último, el Prelado afirma que la vida consagrada pasa por un momento de crisis, pues las vocaciones disminuyeron significativamente. Él cree que hay dificultad en la continuación de varias obras por causa de la disminución del número de religiosos. De acuerdo con el Arzobispo, el ideal de vida religiosa que atraía un número expresivo de jóvenes y era vivido como un alegre desafío, hoy parece no tener el mismo poder de atracción y, así, las congregaciones religiosas, que tanto bien hicieron para la Iglesia y la sociedad, pasan por un momento de dificultad.
«El Papa Francisco invita a toda la Iglesia, para, junto con los religiosos, reflexionar en profundidad sobre el momento de la vida consagrada. Que ella continúe siendo señal de comunión en la Iglesia y el mundo», concluye. (FB)
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