Ciudad del Vaticano (Miércoles, 04-02-2015, Gaudium Press) En la Audiencia General de hoy, realizada en el Aula Pablo VI, el Papa Francisco continuó con su enseñanza sobre la importancia de la figura paterna, hablando esta vez en «positivo».
«Toda familia tiene necesidad del padre», declaró inicialmente el Pontífice, para continuar con un bello trecho de la Escritura en que un padre se dirige a su hijo: «Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón. Mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con rectitud» (Pr 23,15-16). De este texto el Papa resaltó el sano orgullo «de un padre que reconoce de haber transmitido al hijo lo que de verdad cuenta en la vida, es decir, un corazón sabio».
«Un padre sabe bien cuánto cuesta transmitir esta herencia: cuánta cercanía, cuánta dulzura y cuánta firmeza. ¡Pero cuánta consolación y cuánta recompensa se recibe cuando los hijos rinden honores a esta herencia! Es una alegría que rescata toda fatiga, que supera toda incomprensión y cura toda herida».
Sagrada Familia – Iglesia de San Antolín, Tordesillas, España |
Pero los primero es «que el padre esté presente en la familia. Que esté cerca de la esposa, para compartir todo, alegrías y dolores, fatigas y esperanzas. Y que esté cerca de los hijos en su crecimiento: cuando juegan y cuando se empeñan, cuando están despreocupados y cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando están taciturnos, cuando osan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso equivocado y cuando encuentran el camino», manifestó.
El Pontífice destacó un rasgo fundamental de la figura del padre en la parábola del Hijo Pródigo. «¡Cuánta dignidad y cuánta ternura en la espera de aquel padre que está en la puerta de casa esperando que el hijo regrese! Los padres tienen que ser pacientes. Muchas veces no queda más que esperar, rezar y esperar con paciencia, dulzura, magnanimidad, misericordia».
Es cierto también que el Padre debe ser en ocasiones firme. «No es un padre débil, complaciente, sentimental. El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe proteger sin limitarse».
El Pontífice invitó a los padres a nutrirse de la gracia de Dios, de forma a constituirse en puerto seguro para sus hijos. «Sin la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden coraje y abandonan el campo. Pero los hijos tienen necesidad de encontrar un padre que los espera cuando vuelven de sus fracasos. Harán de todo para no admitirlo, para no hacerlo ver, pero lo necesitan; y el no encontrarlo abre en ellos heridas difíciles de cicatrizar».
El Papa Francisco concluyó su meditación recordando cuanto la Iglesia apoya la presencia del padre en la familia, y puso como modelo a San José.
Con información de Radio Vaticano
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