Medellín (Jueves, 05-02-2015, Gaudium Press) Acompañar permanentemente a las familias, no decaer en la misión de transmitir el Evangelio y dar testimonio del Evangelio de la Familia, son algunos de los temas que han reflexionado los Obispos de Colombia, quienes se encuentran desde el pasado martes 3 reunidos en la XCVIII Asamblea Plenaria del Episcopado, que tiene lugar en la ciudad de Medellín.
Durante la Homilía de la celebración Eucarística que precedió el segundo día de trabajo, el Cardenal Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, dijo que es necesario «ahondar en el Evangelio de la familia», en «ese designio de amor de Dios para el hombre y la mujer».
Haciendo eco de la invitación del Papa Francisco, quien llama a la Iglesia a estar «en salida», el purpurado se preguntó: «¿Qué significa ser una Iglesia en salida en el contexto de la familia?». Sobre lo cual dijo que ante la sociedad actual, relativista y pluralista, la Iglesia debe «estar acompañando permanentemente a la gente de hoy, que está permenentemente bombardeada por todo tipo de doctrinas, teorías, de todo tipo de concepciones».
Cardenal Rubén Salazar Gómez / Foto: CEC. |
«La Iglesia tiene que hacerse hoy compañera de camino de la gente (…) Debe mostrarse como aquella que acompaña, y acompañando; consuela, ayuda a descubrir, ayuda a que la persona, en medio de las tinieblas, de las oscuridades del mundo de hoy, sea capaz de descubrir la luz del Evangelio», prosiguió el Primado de Colombia.
Más adelante, dijo a los prelados que «nosotros no presentamos una ideología», pero sí «un hecho fundamental para la humanidad, que es el amor misericordioso de Dios, manifestado en Cristo Nuestro Señor, que ama a todos los seres humanos y a todos los seres humanos les ofrece su misericordia, su ternura, su perdón, su posibilidad de reconciliación».
«Tenemos que ser portadores, no de una doctrina, no de una ideología, sino de un acontecimiento: un Dios que ama, un Dios que viene al encuentro de cada una de las personas y que les ofrece su amor», concluyó el Carenal Salazar.
La familia tiene mucho que aportar a la sociedad
Durante el segundo día de trabajo también intervino Mons. Pablo Emiro Salas Anteliz, Obispo de El Espinal y encargado de la Comision Episcopal de Matrimonio y Familia, quien habló sobre «El Evangelio de la familia».
En entrevista, el prelado dijo que la familia, como comunidad de personas, «hoy tiene mucho que aportar a nuestra sociedad». Recordó que es en la familia donde «se forma el individuo, se forma la persona; la persona crece en humanidad, en la familia la persona aprende a descubrir al otro, a valorarlo, tiene como expresar su amor hacia dentro y hacia fuera: hacia sus padres, hacia sus abuelos, hacia sus parientes, a sus hermanos, pero un amor que va más allá de sí mismo; un amor que se expresa también en el servicio y en la entrega a los demás».
En este sentido, aseguró que la familia puede aportar a la sociedad colombiana «en la medida que se regenere desde dentro, descubra su identidad, su grandeza y su valor. En que los papás empiecen a descubrirse a sí mismo, a donarse, a servirse, a entregarse en generosidad», para que así «los hijos crezcan en humanidad, y vayan descubriendo la importancia de tener un papá y una mamá, un hogar, de tener unas relaciones sanas».
Finalmente, expresó que vale la pena retomar «a la familia como educadora de personas, como comunidad de vida y amor», y dar un aporte significativo al país, sobre todo, en las circunstancias actuales.
La Asamblea Plenaria será clausurada el sábado 7 / Foto: CEC. |
La familia desde la antropología filosófica
Por su parte, el Doctor Álvaro Sierra Londoño, investigador del Instituto de la Familia de la Universidad de la Sabana, durante su ponencia sobre el tema «Un acercamiento a la familia desde la antropología filosófica», que ofreció durante el primer día de la Asamblea, también se refirió a la familia como comunidad de personas.
Recordó que la familia son personas «unidas por vínculos amorosos, a partir de la decisión libre y responsable de un hombre y una mujer, que sin límites en tiempo deciden unir sus vidas con una doble finalidad: perfecionarse mutuamente, criar y educar hijos».
De la redacción de Gaudium Press con información de la Conferencia Episcopal de Colombia.
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