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Ciudad del Vaticano (Jueves, 19-02-2015, Gaudium Press) En la Audiencia General de este miércoles de cenizas el Papa Francisco dio continuidad a su catequesis sobre la familia. Él habló sobre el ‘hermano’:
«Hermano, hermana son palabras que el cristianismo ama mucho. Y, gracias a la experiencia familiar, son palabras que todas las culturas y todas las épocas comprenden».
Recordando a los presentes la historia de Caín y Abel, el Pontífice hizo una invitación para que se piense en los hermanos y hermanas: «Tener un hermano o una hermana que gusta de ti, es una experiencia fuerte, impagable, insubstituible.»
Para el Papa «la educación para la apertura a los otros a partir del vínculo de fraternidad entre los hijos del mismo tronco familiar es la gran escuela de libertad y de paz.»
Pero, según Francisco, no siempre se piensa en esta dimensión. Con todo, es precisamente la familia la que introduce la fraternidad en el mundo. Partiendo de esta primera experiencia, el estilo de la fraternidad irradia como una promesa para toda la sociedad y para las relaciones entre los pueblos.
El Santo Padre recordó la difundida afirmación de que «¡Para mí, es como un hermano o como una hermana!» al recordar cómo debe ser grande el grado de unión entre los hombres, hasta entre aquellos muy diferentes entre sí.
La bendición que Dios, a través de Nuestro Señor Jesucristo, confirió a este lazo de fraternidad, lo dilató de forma inimaginable, haciéndolo capaz de sobrepasar toda y cualquier diferencia.
Así como sucede en la familia donde todos los cuidados van a los más pequeñitos o enfermos, así en la sociedad nos deben enternecer los menores, los más frágiles y los más pobres, siguiendo la palabra y el ejemplo de Jesús cuando nos dice que son nuestros hermanos. (JSG)
De la Redacción, con informaciones de Radio Vaticano
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