Hong Kong (Jueves, 19-02-2015, Gaudium Press) Los católicos en Hong Kong vivieron un Miércoles de Ceniza particular. Mientras vivían el inicio de la Cuaresma, tiempo penitencial de preparación para la Pascua, el país vivía la celebración del Año Nuevo Chino, una fiesta eminentemente alegre en la que las familia se reúnen para festejar. Haciendo énfasis en los valores positivos de la familia, el Obispo de Hong Kong, Cardenal John Tong hizo un llamado a la conversión vivida en familia durante la Cuaresma.
Cardenal John Tong, Obispo de Hong Kong. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
«Debemos actuar, comenzando por nosotros mismos, si los valores de la familia y las relaciones de las que depende la salud de la sociedad, van a ser alimentados», indicó el Cardenal. El tiempo de Cuaresma puede ser la oportunidad para el sacrificio personal y la expresión del amor a quienes constituyen parte de la familia. «Esto desafía a todos a vivir el perdón y el amor en sus vidas cotidianas y en el lugar de trabajo».
El purpurado explicó que este tiempo litúrgico exige a los creyentes un testimonio más fiel al Evangelio. «Ahora es el tiempo de renovar nuestra proclamación ante Dios: Tú eres nuestro Dios, nosotros somos tus hijos. Viviremos según la enseñanza de tu Palabra». La familia es un lugar primordial para poner esto en práctica, y es el núcleo en el cual se define el progreso y prosperidad de toda la sociedad. Descuidar la familia lleva a perder el valor de la vida y a los males más graves que aquejan a los habitantes de la ciudad, como la drogadicción, los comportamientos violentos y abusivos o el rechazo de los ancianos y niños.
«Unamos nuestras manos y vivamos el matrimonio y la vida familiar con amor, nutriendo a nuestros hijos con cuidado amoroso y gastando más tiempo con nuestra familia», concluyó el Cardenal. «Este es el camino hacia la armonía doméstica».
Con información de Sunday Examiner.
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