Santa Fe (Jueves, 19-02-2015, Gaudium Press) Mons. José María Arancedo, Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, ha hecho pública su reflexión para este periodo cuaresmal. El prelado convocó a trabajar en el bien común de la Patria, pidió recuperar el valor de la palabra y la confianza mutua, y destacó que es «imprescindible» la independencia del poder judicial y la división de poderes.
Mons. Arancedo enfocó la conversión también desde el aspecto social. Invitó a «encontrarnos, reconocer errores, ser humildes y superar la dialéctica de enfrentamientos que aíslan y no nos integran», a la vez que señaló que la cultura actual va perdiendo el sentido de la sanción moral frente a la deshonestidad, la corrupción y «el éxito económico a cualquier precio».
«Recordemos que la Patria que nos cobija es un don que hemos recibido, y la república una tarea que siempre debemos construir y cuidar. Siempre tengo presente la actitud de Jesucristo, que amó y lloró por su Patria, Jerusalén. Esto tiene un profundo sentido religioso y patrio», expresó.
Ante un valor de la palabra «devaluado», el Arzobispo destacó que «a la palabra la nutre la verdad y la daña la mentira. Esto, que puede parecernos pequeño, tiene consecuencias muy graves en la vida social y política porque compromete la credibilidad que es un valor esencial en la vida de la sociedad», advirtió.
«El poder, la autoridad y la misma ley se debilitan. La devaluación de la palabra es signo de una enfermedad social y cultural. Cuando dejamos de creernos no es posible dialogar ni confiar en el otro, no es posible construir el bien común como base de una sociedad libre y madura».
Entretanto, Mons. Arancedo constata también que los argentinos «no hemos perdido la esperanza en un mundo donde los principios de la verdad y la vida, la justicia y la paz, el amor y la solidaridad sean una realidad querida y posible».
El prelado pidió a los ciudadanos un compromiso efectivo en el fortalecimiento de las instituciones patrias. «Aunque a veces lo perdamos de vista, la calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones, cuyo deficiente funcionamiento produce un alto costo social», recordó.
El arzobispo también consideró «imprescindible» el mantenimiento de la independencia del poder judicial respecto del poder político y la «plena vigencia de la división de los poderes republicanos en el seno de la democracia».
«La calidad institucional es el camino más seguro para lograr la inclusión social. Debemos fortalecer a las organizaciones de la sociedad. Este es un camino que debemos transitar, cuidar y comprometernos. La fe nos debe hacer mejores ciudadanos para amar y servir a nuestra patria. Que este tiempo de Cuaresma sea un momento de reflexión para asumir las tareas que nos reclama el bien común de la Patria».
Con información de Aica
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