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San Pablo (Miércoles, 25-02-2015, Gaudium Press) En el día de la presentación del Señor, el Arzobispo metropolitano de San Pablo, Brasil, Cardenal Odilo Pedro Scherer, cumplió 13 años de ordenación episcopal, y en esta fecha, presidió misa en acción de gracias en la Catedral de la Sede.
A propósito de ese aniversario, el purpurado, en entrevista a la Radio Vaticana, comentó la experiencia de su ministerio episcopal al frente de la Iglesia de San Pablo.
«Fueron 13 años intensamente vividos de mucho aprendizaje, de mi parte. No vivía antes en San Pablo, y tuve que aprender, conocer, a vivir en la metrópolis. Una Iglesia tan grande y tan numerosa como es la Arquidiócesis de San Pablo, con sus múltiples facetas y problemas también, pero también con su riqueza humana, cultural, religiosa. En fin, es un buen desafío, estimulante a cada día, para también crecer y caminar.»
El Arzobispo afirmó que su trabajo pastoral arquidiocesano viene siendo una bendición de Dios.
La misión en San Pablo, conforme Mons. Odilo, lo hace pensar fuertemente en esta cuestión: «La Iglesia en la ciudad, como la Iglesia en esa metrópolis, que es San Pablo, puede realizar bien su misión».
«Yo siento que la ciudad, que tiene tantas facetas, continúa muy abierta y sensible a la presencia de la Iglesia, la palabra de la Iglesia, y de nuestra parte, no podemos perder eso, no podemos dejar de cultivar exactamente esa presencia pública de la Iglesia en la gran metrópolis», resaltó.
Además según el Cardenal, ese es «un aprendizaje todos los días y yo agradezco a Dios también por la inmensa colaboración que tenemos en San Pablo, comenzando por los obispos auxiliares, el clero, las organizaciones pastorales que son numerosas y generosas».
Sobre el período cuaresmal, Mons. Odilo dijo que «la Cuaresma comienza con el Miércoles de Cenizas, como nosotros oímos, con aquel llamado ‘Convertíos y creed en el Evangelio’, o entonces, la otra palabra, más tradicional, que continúa siendo usada también ‘Recuerda que tú eres polvo, y en polvo te convertirás’ «.
«Dos palabras muy estimulantes. Esa última, muy realista, nos coloca justamente en el camino de la cuaresma, en el camino de la conversión, de volver a aquello que es esencial, de volvernos hacia Dios», completó.
El Cardenal Scherer recordó que «nuestra vida toma sentido en la medida en que ella se orienta, de hecho, hacia aquel bien mayor, aquel bien último que es Dios, el reino de Dios, su justicia, la promesa de Dios. Por lo tanto, aquello que se liga justamente a la salvación».
Para el purpurado, «la Cuaresma es el camino de la preparación a la Pascua, para celebrar el misterio pascual. Por lo tanto, un llamado a nosotros a volvernos exactamente a esa gran realidad. Dios nos extiende la mano para salvarnos». (LMI)
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