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San Pablo (Viernes, 27-02-2015, Gaudium Press) «La Cuaresma nos coloca ante de las cuestiones fundamentales de nuestra vida: ¿Cómo debemos vivir y relacionarnos con Dios y con el mundo? ¿Cuáles son las referencias que deben orientar de manera segura nuestros pasos en la vida cristiana?»
Esas son las palabras del Arzobispo de San Pablo, Cardenal Odilo Pedro Scherer, que describe en su más nuevo artículo cómo nosotros, cristianos, debemos portarnos en el período cuaresmal.
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| Jesús fue tentado en el desierto por el demonio |
Al comentar el Evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto, en el 1º Domingo de la Cuaresma, el Cardenal Scherer afirma que «la vida del hombre en este mundo es confrontada continuamente con elecciones pequeñas o grandes, fundamentales o secundarias».
«La Cuaresma nos invita a hacer nuestras elecciones por Dios, de manera consciente y generosa y, por eso, afirmar nuestras convicciones, fundamentándolas sólidamente en la unión y en la sintonía con Dios», afirmó.
La tentación y el combate
El concepto de «tentación», prosiguió, «muchas veces, es usado de manera superficial y se torna motivo de sonrisitas despreciativas; parece referirse a cuestiones transgresivas en la buena educación y en las buenas costumbres; ni siempre se comprende el significado problemático de la verdadera tentación, que envuelve elecciones fundamentales en la vida».
Según el purpurado, «somos tentados continuamente; y la tentación de la cual hablan la Iglesia y el Evangelio, es cosa seria; en ella está siempre en juego nuestra elección por Dios o contra Dios». Además, Mons. Odilo destacó el concepto de «combate», presente en este tiempo de Cuaresma:
«Nuestra vida es una lucha constante para superar las insidias del tentador y para mantenernos firmes en nuestras elecciones por Dios y por sus caminos, para alcanzar la vida y la felicidad. La vigilancia y la oración son recomendadas por Jesús: ‘vigilad y orad, para no caer en tentación’ (cf Mc 14,38). Vigilancia es el estado de alerta y de discernimiento sobre lo que pasa en nosotros y a nuestro alrededor.»
Finalizando su artículo, el Cardenal recordó que «la oración es la continua búsqueda de la comunión y sintonía con Dios, como el propio Jesús hizo en el Huerto de los Olivos, antes de enfrentar el combate final y los sufrimientos de su pasión y muerte». (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de San Pablo
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