Ciudad del Vaticano (Lunes, 02-03-2015, Gaudium Press) En su homilía de hoy en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco apunto a la facilidad con que el hombre justifica a sí mismo sus faltas, y entretanto la necesidad de que nos acusemos de ellas para ir adelante en el camino cristiano.
«Somos todos pecadores», señaló el Pontífice, no «en teoría» sino en la realidad. Y es necesario tener la capacidad de acusarnos a nosotros mismos, lo que constituye «más que una virtud».
«Todos nosotros somos maestros, somos doctores en justificarnos a nosotros mismos: ‘Yo no he sido, no, no es culpa mía, no era para tanto, eh… Las cosas no son así …’. Todos tenemos una coartada para explicar nuestras faltas, nuestros pecados, y muchas veces somos capaces de poner esa cara de ‘Yo no lo sé’, cara de ‘Yo no lo he hecho, habrá sido otro’: hacerse el inocente. Y así no se avanza en la vida cristiana», recalcó el Pontífice.
Foto: Radio Vaticano |
Por el contrario, hay que ser humilde, y aceptar la necesidad de la gracia de Dios para no caer en pecado. «El primer paso es acusarse a uno mismo. (…). Voy por el camino, paso ante la cárcel: ‘Eh, estos se lo merecen’, ‘Pero ¿tú sabes que si no fuera por la gracia de Dios, estarías allí? ¿Has pensado que eres capaz de hacer las cosas que estos han hecho, incluso peores?’. «Esto es acusarse uno mismo, no esconderse a uno mismo las raíces del pecado que hay en nosotros, las muchas cosas que somos capaces de hacer, aunque no se vean».
En Cuaresma el Papa recomienda acusarse uno mismo de sus faltas y pedir de ellas misericordia a Dios.
«Que el Señor en esta Cuaresma -concluyó el Pontífice – nos dé la gracia de aprender a acusarnos», con la conciencia de que somos capaces «de las cosas más malvadas», y decir: «Ten piedad de mí, Señor, ayúdame a avergonzarme y dame misericordia, así yo podré ser misericordioso con los demás».
Con información de Radio Vaticano
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