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Guarapuava (Jueves, 05-03-2015, Gaudium Press) En su más reciente artículo, Mons. Antônio Wagner da Silva, Obispo de la Diócesis de Guarapuava, en el Estado de Paraná, hace una reflexión sobre la Campaña de Fraternidad. Él afirma que la campaña de este año trae a nuestra reflexión y vivencia un tema clarísimo e importante: Iglesia y Sociedad. El Obispo afirma que, fundada por Jesucristo, la Iglesia nació dentro de una sociedad humana y para enriquecerla, contribuir con la misma.
Según el Prelado, a lo largo de los siglos la Iglesia estuvo inserida en la sociedad contribuyendo activamente en los campos más diversificados: religioso, científico, cultural, artístico, educación, salud, político, paz y muchísimos otros. Él explica que, también en el Brasil, desde el descubrimiento la contribución de la Iglesia en la sociedad ha sido importante.
«De norte a sur, de este a oeste, la sociedad recibió una influencia constructiva y significativa de la acción evangelizadora y humana de la Iglesia. Después al final del Concilio Vaticano II hubo un reflorecimiento de esta presencia. La novedad es que la acción directa de la Iglesia en la sociedad ocurrió no apenas por las grandes obras y acciones de porte», avala.
Además de acuerdo con Mons. Antonio, surgieron y crecieron pequeños grupos con acciones renovadoras no menos importantes y de profundos efectos dentro de la sociedad brasileña. Para él, las llamadas pastorales sociales, los movimientos y organismos abrieron caminos para que la acción de la Iglesia se multiplicase en los más diversos sectores profundizando la presencia entre grupos menores pero no menos necesitados.
«Fueron alcanzadas familias, jóvenes, niños, pobres, favelas, periferias, olvidados, marginalizados, indígenas, negros, ribereños, campos, ciudades, industrias, empresarios, en fin la sociedad como un todo y en sus partes. Hoy la Campaña 2015 – Fraternidad: Iglesia y Sociedad, nos propone la reconsideración de todo este pasado, luz para delinear nuestra presencia como Iglesia en la Sociedad moderna», resalta el Obispo.
Para concluir, el Prelado resalta que debemos estar determinados a continuar nuestra acción misionera a partir de las actitudes y palabras de Jesús: «Yo vine para servir» (cf Mc 10,45). Conforme él, así el pueblo de Dios refleja, medita, reza, la presencia de la Iglesia en la Sociedad, una Iglesia como comunidades, que viven en la sociedad y de ella participan, y como cristianos, que conscientemente actúan, construyen y constituyen la sociedad.
«Una responsabilidad y un desafío. Vivir y actuar dentro de la sociedad y a partir de la misma como Jesús lo hizo. ¡Es el comienzo de la Campaña de la Fraternidad! ¡Caminemos juntos! ¡Celebremos juntos! Con María a quien invocamos bajo el título de Nuestra Señora de Belén y unidos a Jesús coloquémonos al servicio de la transformación de la Sociedad Brasileña», finaliza. (FB)
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