Ciudad del Vaticano (Martes, 10-03-2015, Gaudium Press) En su homilía de hoy en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco unió el perdón que se pide y se obtiene de Dios con el perdón que nosotros damos al prójimo. Esta reflexión fue a propósito de la lectura del Evangelio del día, en la que el Señor le dice a Pedro que hay que perdonar «hasta setenta veces siete».
Llega a afirmar el Papa, que hasta la omnipotencia de Dios se detiene ante la puerta cerrada de un corazón que no tiene intención de perdonar a quien lo ha herido.
Foto: Radio Vaticano |
Entretanto, el cristiano debe perdonar. El perdón debe ser pedido con sinceridad, con el corazón, y de corazón debe ser dado a quien ha cometido un error. De la manera que lo hizo el patrón de la parábola evangélica contada por Jesús, también en la lectura de hoy, en que él perdona una deuda enorme a su siervo, movido a compasión por las súplicas que este le hace. Y nunca como este siervo, que envía a la cárcel a quien le debía una suma irrisoria.
Debemos seguir la dinámica del perdón señalada en el Padre Nuestro: «Jesús nos enseña a orar así al Padre: ‘Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores’. Si no soy capaz de perdonar, no soy capaz de pedir perdón. ‘Pero, Padre, yo me confieso, voy a confesarme…’. ‘¿Y que haces antes de confesarte?’. ‘Pienso en las cosas que he hecho mal …’. ‘Bien’. ‘Entonces le pido perdón al Señor y prometo no hacerlo más…’. ‘Bueno. ¿Y luego vas al sacerdote? Antes te falta una cosa: ¿has perdonado a los que te han herido?’ «, dijo el Papa.
Con información de Radio Vaticano
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