Bielawa (Jueves, 12-03-2015, Gaudium Press) Un llamativo programa de retiros espirituales en las escuelas está acercando a los jóvenes de Polonia a los protagonistas de notables casos de conversión. El objetivo es invitar a los jóvenes a un encuentro personal con Cristo y a su propio cambio de vida como parte del camino hacia la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en la ciudad de Cracovia en 2016.
Patricia Hurlak, actriz y directora, expone su testimonio de conversión después de haber practicado la brujería y retornado a la práctica de la fe con ayuda de un sacerdote exorcista. Foto: Conferencia Episcopal de Polonia. |
«En preparación para la Jornada Mundial de la Juventud, queremos que te levantes por la fe, a través de los testimonios de personas que han descubierto de nuevo Camino a Cristo», explicó a la agencia KAI el P. Paul Labuda, coordinador diocesano de la JMJ en la Diócesis de Swidnica. Los jóvenes tienen contacto directo con personas que han superado grandes dificultades a través de su encuentro con Dios y que dan su testimonio de conversión después de padecer graves realidades como la drogadicción, el alcoholismo u otros males morales.
Uno de los testimonios de mayor impacto es el de Patricia Hurlak, actriz y directora que reconoció haber estado profundamente inmersa en prácticas de brujería. Para ella, el punto de entrada fueron supersticiones como los talismanes y los horóscopos, que dieron lugar a prácticas espiritistas y de hechicería aún a corta edad. Su experiencia es que, aunque muchas personas nieguen la posibilidad misma de la brujería, dichas acciones «me engancharon como una droga». Los sucesos preternaturales le causaron fascinación y curiosidad y llegó «al punto de que no podía hacer las tareas más simples de la vida» sin el recurso al ocultismo.
Siendo aún estudiante, la mujer empleaba un manual de hechizos con regularidad para intentar atraer muchachos y obtener otras ventajas y para la edad de 19 o 20 ya había lanzado sobre otra persona un maleficio, «aun sin darme cuenta de lo que había hecho mal». A estas prácticas atribuyó posteriormente sus eventuales éxitos profesionales, pero no tardó en darse cuenta que la obtención de sus deseos no le producía felicidad.
En medio de su frustración, Hurlak se cuestionó sobre cómo cambiar su vida. «Dios puso en mi camino un hombre, un sacerdote exorcista, con quien empecé a cambiar mi vida», relató. «Finalmente me di cuenta de que Jesús me ama para siempre, de manera gratuita, pero que Él no podía entrar en mi vida hasta que yo lo invitara». La directora invitó a los jóvenes a ser muy cercanos a la Eucaristía y compartió con los asistentes la adoración eucarística llevada a cabo en la parroquia de la Asunción de la Santísima Virgen.
Con información de KAI.
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