Filadelfia (Jueves, 19-03-2015, Gaudium Press) El tema de la libertad religiosa es de gran importancia para la Iglesia en Estados Unidos. No sólo existe una gran inquietud sobre las difíciles condiciones que enfrentan los cristianos en Oriente Medio y otras regiones del mundo, sino que los Obispos han llamado la atención sobre la aparición en los últimos años de disposiciones legales que hacen cada vez más difícil la práctica de la fe en todos los aspectos de la vida, como las relaciones laborales y la realidad empresarial.
Mons. Charles Chaput, Arzobispo de Filadelfia. Foto: Hazte Oír. |
En su discurso al Seminario de San Carlos Borromeo de la ciudad de Filadelfia el pasado 17 de marzo, el Arzobispo Charles Chaput hizo un balance de la situación actual de este derecho e invitó a un testimonio decidido de los creyentes como el medio más adecuado para la preservación de esta libertad fundamental. «Nadie puede quitarnos nuestra libertad a menos de que la entreguemos», explicó el prelado, quien afirmó que para que exista libertad religiosa las personas «deben en efecto creer y vivir la fe», no sólo «en el hogar o en la iglesia, sino en su vida pública», según informó la agencia CNA.
Desafíos a la libertad religiosa
Mons. Chaput alertó sobre el crecimiento del secularismo, que puede traer graves consecuencias para la nación. El aporte de los creyentes es parte integral de la edificación de Estados Unidos, pero el momento actual parece estar olvidando este legado. «Más jóvenes están desafiliados de la religión ahora que en ningún momento del pasado de nuestro país. Más permanecen alejados mientras envejecen. Y muchos no tienen un sentido del papel que la libertad religiosa ha cumplido en la vida y la cultura de la nación», denunció.
Los desafíos presentes a la libertad religiosa en estados Unidos incluyen según el Arzobispo las leyes que pretenden imponer la admisión del aborto y la anticoncepción, así como la redefinición de la familia. Leyes contra la discriminación y el llamado «bullying» (matoneo) van más allá de sus objetivos y «convierten las escuelas públicas en centros de adoctrinamiento en materias de sexualidad humana», empleando los recursos públicos en la transformación de la cultura.
El objetivo de la Iglesia en todas estas materias no es la imposición de la fe a los no creyentes, ya que «la fe debe actuar sobre la voluntad libre o no sería válida», sino proteger el libre testimonio de los creyentes y promover la visión cristiana de «quién y qué es el hombre» y su relación con Dios.
Mons. Chaput invitó a los presentes a comunicar su identidad cristiana con decisión, dando testimonio de esperanza, sirviendo a los sufrientes y necesitados y «buscando y enseñando la verdad». El prelado recordó el amor de Dios, del cual existe «demasiada evidencia», como fuente de fuerza y esperanza para llevara cabo esta tarea, confiando siempre «en el propósito de Dios para con el mundo y para nuestras propias vidas».
Con información de CNA.
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