Ciudad del Vaticano (Martes, 24-03-2015, Gaudium Press) La oración mariana del Ángelus en este V domingo de la Cuaresma fue realizada luego después de la breve y ocupada visita apostólica hecha a Nápoles y Pompeya, el sábado.
El Papa Francisco habló para los millares de fieles y peregrinos oriundos de varias partes del mundo que se reunieron en la Plaza de San Pedro. Desde la ventana del Palacio Apostólico él rezó con todos los presentes.
En las palabras que acostumbra pronunciar antes del Ángelus, el Santo Padre rezó a la Madre de Dios e hizo consideraciones sobre el Evangelio de la liturgia del día.
Él llevó la atención de los oyentes a un trecho en particular, cuando el evangelista San Juan narra que algunos griegos, judíos, se dirigieron al apóstol Felipe pidiéndole para ver a Jesús (Jn 12:21).
El Papa explica que este pedido va más allá de un simple episodio, eso porque expresa algo universal: muestra un deseo que atraviesa todas las épocas y culturas. Un deseo presente en los corazones de muchas personas que oyeron hablar de Jesucristo pero no lo encontraron aún.
«Jesús, respondiendo al pedido de poder verlo, pronuncia una profecía que muestra su identidad e indica el camino para conocerlo verdaderamente: «Llegó la hora del Hijo de Dios ser glorificado» (Jn 12,23)», explicó el Papa.
El Santo Padre además comentó: «La hora de la Cruz, la más oscura de la historia es también la fuente de salvación para cuantos creen en Él» porque es «una fuente inagotable de vida nueva que lleva en sí misma la fuerza regeneradora del amor de Dios».
A partir de ahí fue que el romano Pontífice, Padre y Pastor de la Iglesia Universal, exhortó a todos los cristianos a ofrecer a las personas que quieran conocer a Jesús tres cosas: el Evangelio, donde podemos encontrar a Jesús, escucharlo y conocerlo; el crucifijo, señal del amor de Jesús que se entregó por nosotros; nuestro testimonio de Fe, pobre pero sincero, que se traduce en simple gesto de caridad fraterna. (JSG)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Radio Vaticana.
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