Ciudad de México (Miércoles, 25-03-2015, Gaudium Press) Con el color morado representativo de la Cuaresma, el Templo Expiatorio a Cristo Rey -Antigua Basílica de Guadalupe- en México, ha dedicado una vez más el «Altar de los Dolores», una de las tradiciones mexicanas que anteceden a la Semana Santa que iniciará el próximo 1º de marzo con el Domingo de Ramos.
Consagrado a Nuestra Señora en su advocación de Los Dolores, el altar -que podrá ser visitado hasta el próximo miércoles 4 de abril-, es una costumbre que nació en el siglo XVII en la Nueva España, y que tiene un gran significado espiritual, así como catequético, ya que se realiza con la intención de que los fieles mitiguen de alguna manera el dolor que la Virgen experimentará con la pasión y muerte de su Hijo Jesucristo.
El ‘Altar de los Dolores’ se realiza con la intención de que los fieles mitiguen el dolor que la Virgen experimentará con la pasión y muerte de su Hijo Jesucristo. / Foto:pedroagustinrivera.blogspot.com. |
La tradición consiste en disponer un altar a la Madre de Dios el viernes previo a la Semana Santa, teniendo siempre en cuenta los siete dolores que durante la vida de Jesús experimentó María: La profecía del anciano Simeón, la huida a Egipto, el Niño Jesús perdido en el templo, María encuentra a Jesús cargando con la Cruz, la Crucifixión, María recibe en sus brazos el cuerpo de su difunto hijo y la sepultura de Jesús.
Varios son los símbolos que se disponen cuando se prepara el altar: imponentes candeleros con sus cirios para contemplar el corazón traspasado y doliente de la Virgen; trigo germinado para representar a Jesús Eucaristía; así como hierbas aromáticas y semillas que simbolizan la siembra y son herencia de las poblaciones indígenas; naranjas agrias para recodar el pecado de Eva, y papel picado que representa a la Virgen que venció el pecado y aceptó el sufrimiento. También son colocadas esperas artesanales para simbolizar las lágrimas derramadas por Nuestra Señora.
Ya en el centro, en la parte alta, se encuentra la Virgen Dolorosa cuyo rostro siempre refleja la gran tristeza y dolor que padeció por la cruenta muerte de su hijo. Sus manos permaneces unidas sosteniendo un pañuelo y es representada con su corazón traspasado por siete espadas, que significan los siete dolores que experimentó. Todo enmarcado con el color morado del tiempo cuaresmal.
Tradicionalmente, el «Altar de Dolores» es instalado en los templos más significativos siendo parte importante de la Semana Santa. Antiguamente, en el siglo XVIII, éste tenía un gran significado para la Colegiata de Guadalupe que contaba con un monumento permanente para la Virgen Dolorosa y celebraba un oficio especial el día de su festividad -el Viernes de los Dolores-, ocasión en el que se entonaba el ‘Stabat Mater’ -«Estaba la Madre»-, que es un canto atribuido al Papa Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi, con el cual se medita el sufrimiento de María y es ofrecido a Ella como desagravio a sus dolores.
Dos son las festividades dedicadas a la Virgen Dolorosa: el Viernes de los Dolores, que es el viernes anterior al Domingo de Ramos, y la festividad oficial el 15 de septiembre.
Con información de SIAMER y Templo Expiatorio a Cristo Rey.
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