Lahore (Jueves, 26-03-2015, Gaudium Press) En medio de las sombras y las tragedias con frecuencia fulguran luces, rutilantes, esta vez luces de heroísmo católico. El pasado 15 de marzo en la ciudad de Lahore, capital de la provincia de Punjab, en Pakistán, 17 muertos y 80 heridos fue el trágico saldo de sendos atentados terroristas que atacaron un templo protestante y una iglesia católica, la de San Juan, en el barrio de Youhanabad.
Foto: ANS |
En la iglesia de San Juan se hallaba Akash Bashir, de 19 años, cumpliendo las funciones de guardia de seguridad en la puerta del templo. Akash era un antiguo alumno de la escuela profesional salesiana que se halla en el mismo barrio de la iglesia.
Akash percibió rápidamente al terrorista suicida, que buscaba sobrepasar violentamente a los guardias que custodiaban la entrada. Lo detuvo. Pero cuando el joven vio la carga explosiva que el criminal intentaba ocultar se fue sobre él, cubriéndolo intencionalmente con su cuerpo para minimizar el daño previsto. La explosión que se siguió le desprendió la parte inferior de su cuerpo.
Gracias a Akash Bashir los muertos no fueron más, como querían los terroristas.
Tras los atentados, la violencia en las calles se ha hecho presente, ocasionando una mayor precariedad en la seguridad de la minoría cristiana. Los salesianos han declarado que la escuela profesionalizante que sostienen en Lahore permanecerá cerrada mientras no se garantice plenamente su seguridad. «Al ser minoría cristiana, hay momentos en que nuestra única esperanza está en la ayuda de Dios y de su Madre María», expresan los salesianos de la ciudad.
Con información de la Agencia de Noticias Salesiana.
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